Elías Rubio Marcos y su "CAJÓN DE SASTRE"

Recopilación de artículos publicados y otros de nueva creación. Blog iniciado en 2009.

jueves, 4 de diciembre de 2025

CARTAS DE RELACIÓN DE UN BURGALÉS EN MÉXICO (II). SEGUNDA PARTE, SEXTA ENTREGA


CARTAS DE RELACIÓN DE UN BURGALÉS EN MÉXICO (II). 

SEGUNDA PARTE, SEXTA ENTREGA


LA MAGIA DE SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS 

Vista parcial de San Cristóbal de las Casas.

El hechizo de una calle colonial en San Cristóbal de las Casas.
Al fondo se aprecia el volcán apagado Huitepec.


Iglesia de Santo Domingo de Guzmán, puro arte colonial. 


LA MAGIA DE SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS

LA MAGIA DE SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS

Antes de seguir adelante en estas memorias, antes de llegar a San Cristóbal de las Casas, nuestra próxima estación, y por si todavía no había quedado claro, creemos oportuno el siguiente apunte: en nuestro ya largo periplo mexicano llevamos vistos ciudades maravillosas y lugares increíbles difíciles de olvidar, tanto por sus bellezas naturales como por las arquitectónicas y su huella colonial. Pero siendo todo ello el motivo conductor de nuestro viaje nos faltaba algo por aclarar en las memorias precedentes, y es la coincidencia y el hecho de que todos los lugares visitados fueron relevantes para la Independencia de México. Sin haber programado para nuestras visitas esta circunstancia histórica, fuimos a dar a lugares emblemáticos como Guanajuato (“Alhóndiga de Granaditas”), Dolores Hidalgo (“Grito de Dolores”), San Miguel de Allende (“Fragua de la Independencia”) y Santiago de Querétaro (“Cuna de la Independencia”), todos ellos con algún acontecimiento histórico sobre sus espaldas y que tienen que ver con dicha Independencia. Así, bien podría decirse que, sin haberlo pensado ni esperado, hicimos lo que bien podría llamarse “Ruta de la Independencia”. Así fueron y así son las cosas.


 Dicho lo anterior situémonos ahora en San Cristóbal de las Casas, lugar al que llegamos después de aterrizar en Tuztla Gutiérrez, capital del Estado de Chiapas. San Cristóbal, que en el momento de nuestra llegada ya lucia catrinas y altares para el día de muertos por cada rincón de la ciudad, es una de los muchos “Pueblos Mágicos” de México, y bien que se merece este título, aunque no sea pueblo, sino ciudad. La mayor parte de esta conserva la autenticidad colonial de siglos pasados. Tan es así que costaría creer que en los tres siglos precedentes su disposición y arquitectura fueran distintos. En este sentido, San Cristóbal, población más importante de la región Los Altos de Chiapas, parece una ciudad dormida en el tiempo. Y sin embargo está llena de vida, con inusitado movimiento de gente, foránea y autóctona. Quizá uno de sus atractivos más llamativos sea eso, la mezcla entre turismo (que lo tiene, y mucho) y la población mestiza e indígena, lo que conlleva una interesante mezcla de lenguas, fundamentalmente el castellano, el inglés, el tzotzil y el tzeltal; las dos últimas son voces mayas que se escuchan por doquier en los maravillosos andadores del centro y en los coloridos y abigarrados mercados, lo mismo en los de tejidos tradicionales mayas que en los de alimentación; los mercados son en sí mismos un espectáculo, un microcosmos vibrante y laberíntico donde  uno siente la necesidad de llevar brújula para no perderse.


Na Bolom, uno de los muchos y bellos patios de San Cristóbal de las Casas. 

Andador en San Cristóbal de las Casas bajo la luna llena.


Bien sabido es que San Cristóbal de las Casas es famosa hoy en el mundo entero por lo que tiene de relación con el movimiento zapatista. De hecho, mucha gente y de muchas partes acude a este lugar atraída quizá por un ideal romántico y por lo que significó y significa el alzamiento indígena y revolucionario del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, que en 1994 incluso llegó a tomar la ciudad. Pero de esto hay mucho escrito. 


Antifaz zapatista en un muro de San Cristóbal. 


Milagro debe ser cómo se las apañan los voltios
sancristobalenses para ver 
qué camino tomar. 


Colorido en un mercado de San Cristóbal de las Casas. 


San Cristóbal de las Casas es una ciudad lejana, muy lejana con respecto a nuestro Burgos, pero después de tantas veces como la hemos visitado, por lazos familiares, la sentimos cercana, entrañable y un poco nuestra, y por eso tratamos de conocerla mejor que al resto de ciudades que hemos visitado. Podría ser larga la lista de motivos y atractivos susceptibles de ser disfrutados en esta bella ciudad, queridos amigos de este Cajón de Sastre, entre ellos las iglesias y patios coloniales, pero ya que habíamos de tener en ella algunos días de estancia, y que muchos de esos motivos ya los conocíamos y habíamos publicado, pudimos permitirnos hacer visitas que con las prisas del turista son más problemáticas de hacer, como por ejemplo la que hicimos a la Gruta del Mamut, situada a 7 kilómetros de la ciudad. Este monumento natural, de proporciones gigantescas, se localiza junto a un río en un parque habilitado para solaz de los sancristobalenses, es de proporciones gigantescas y es perfectamente visitable. Esta excursión nos trajo el recuerdo de otra de la misma naturaleza que en 2016 hicimos al apagado volcán Huitepec, montaña icónica que por el poniente domina y protege la ciudad de San Cristóbal; “Montaña de colibríes” y “Bosque de niebla”, recibe como seductores nombres traducidos de lengua indígena. Una maravilla natural, amigos, con impresionante biodiversidad. En definitiva, dos paseos totalmente recomendables para quien quiera escapar del bullicio de la ciudad. 


En la selva del Huitepec

 Próxima entrega: entre San Cristóbal y Tuxtla Gutiérrez 

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