Pudo ser una torre de vigía de origen medieval, aunque mi primera impresión, cuando le vi por primera vez el pasado año, fue la de que se trataba de un conjuradero para alejar las tormentas. Sin embargo, al interrogar a algunos vecinos de Rabanera, pude salir de mis cavilaciones: en realidad, la torrecilla, desde tiempo inmemorial, viene siendo tan sólo un campanario, no se le recuerda otro servicio. Bien es cierto que un campanario sorprendente, exento, pintoresco como ninguno en Burgos. Con forma rectangular y tejadillo a cuatro aguas, y situado en un altozano dominando la localidad serrana, aprovecha al máximo la oscura roca en sus inicios, confiriéndole un carácter semirupestre, casi tétrico. Calado por todos su lados, tiene varios huecos-miradores, unos verticales otros horizontales, ninguno igual, todos cerrados con rejas lígneas. En tan singular edificio, uno no puede por menos que imaginar al conjurador asomado, dirigiendo su hisopo y sus imprecaciones a los nublados o bendiciendo a los cuatro vientos. Bien harían los habitantes de Rabanera en seguir mimando y conservando este originalísimo monumento como una de sus señas de identidad, y por qué no, conseguir que sea declarado Bien de Interés Cultural.
Elías Rubio Marcos y su "CAJÓN DE SASTRE"
Recopilación de artículos publicados y otros de nueva creación. Blog iniciado en 2009.
Recopilación de artículos publicados y otros de nueva creación. Blog iniciado en 2009.
martes, 18 de mayo de 2010
EL CAMPANARIO DE RABANERA
Pudo ser una torre de vigía de origen medieval, aunque mi primera impresión, cuando le vi por primera vez el pasado año, fue la de que se trataba de un conjuradero para alejar las tormentas. Sin embargo, al interrogar a algunos vecinos de Rabanera, pude salir de mis cavilaciones: en realidad, la torrecilla, desde tiempo inmemorial, viene siendo tan sólo un campanario, no se le recuerda otro servicio. Bien es cierto que un campanario sorprendente, exento, pintoresco como ninguno en Burgos. Con forma rectangular y tejadillo a cuatro aguas, y situado en un altozano dominando la localidad serrana, aprovecha al máximo la oscura roca en sus inicios, confiriéndole un carácter semirupestre, casi tétrico. Calado por todos su lados, tiene varios huecos-miradores, unos verticales otros horizontales, ninguno igual, todos cerrados con rejas lígneas. En tan singular edificio, uno no puede por menos que imaginar al conjurador asomado, dirigiendo su hisopo y sus imprecaciones a los nublados o bendiciendo a los cuatro vientos. Bien harían los habitantes de Rabanera en seguir mimando y conservando este originalísimo monumento como una de sus señas de identidad, y por qué no, conseguir que sea declarado Bien de Interés Cultural.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Solo se admiten comentarios constructivos. Los comentarios anónimos, o irrespetuosos, no serán publicados, tampoco los que no estén correctamente identificados.