FOTOGRAFÍAS: Tomadas en mayo de 2016
Ardo en
deseos de encontrarme de nuevo con los chozos pastoriles de los páramos de La
Rad (¡ah, los páramos de Burgos en primavera, con sus cielos de alondras
ancladas!), pero permitidme, queridos amigos de este Cajón de Sastre, que antes
de ofreceros noticias de ello, culmine en imágenes mi paseo reciente por el
Yucatán.
Siguiendo con las haciendas henequeneras, de las cuales os mostré una
en ruinas, hoy os invito a disfrutar de otra,
de una recuperada, maravillosamente recuperada como hotel, ya en las
cercanías de Mérida. Quien nos acompañó en su recorrido, haciendo de cicerone
con dulce amabilidad maya, nos presentó los distintos espacios recuperados,
incluso los dormitorios, en uno de los cuales debió dormir nuestra Reina Sofía;
aunque, particularmente, lo que más me llamó la atención en esta ejemplar
recuperación fue lo que llaman “Sala de Máquinas”, un edificio tan
elegante que para sí lo hubiera querido un palacio real. Se llama sala de máquinas
porque conserva el nombre de cuando en realidad lo fue, que cada henequenera
tuvo la suya propia.
Sala de Máquinas restaurada en hacienda henequenera cercana a Mérida. Exquisita restauración de un conjunto fabril. |
Una chimenea henequenera entre flores de bugambilla. Perteneció al horno de quemar deshechos del henequén. |
Todavía
impresionados por la hacienda que acabábamos de dejar atrás, de la cual dejo
cumplida testimonio gráfico, llegamos a Mérida. Aquí, el intensísimo calor
apenas si nos dejó disfrutar de tantas cosas maravillosas como debe tener la
capital del Estado de Yucatán. Aun así, buscando cada resquicio de sombra y
aliviándonos en establecimientos acondicionados, pudimos conocer lo principal,
su catedral, la Universidad Autónoma de Yucatán, con su soberbio patio de arcos
mixtilíneos, la casa-palacio renacentista de los Montejo, conquistadores de Yucatán y de la
ciudad, la cuidada e inmensa avenida con el mismo apellido (Paseo de Montejo), y en ella las casas
de los hacendados que se enriquecieron con el henequén, espectaculares
mansiones que hablan de una época en la que Mérida creció gracias al “oro
verde”, pero que no deben hacernos olvidar los sufrimientos descritos por John
K. Turner.
Casa de los Montejo, conquistadores de Yucatán (S.XVI) (Mirad esas ventanas, ¡que grande sería poder incluirlas en el cajón que aquí tenemos de ventanas burgalesas con historia!) |
Patio de la Universidad Autónoma de Yucatán (Mérida). Los arcos mixtilíneos le dan cierto aire colonial |
Biblioteca de la Universidad yucateca, con bella decoración |
Bellos palacetes en el Paseo de Montejo, de Mérida, probablemente de hacendados henequeneros del S. XIX |
Mansión en la gran avenida Paseo de Montejo |
Otra de las mansiones en el mismo Paseo |
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