Paso excavado y contrafuerte ciclópeo |
Desde El Portillo, a lo lejos, se ven Barrio y La Riba |
FOTOGRAFÍAS: El Portillo, Barrio-Lucio y la Riba de Valdelucio (abril 2018)
Fueron tiempos de portillos, de
excavaciones en las rocas para pasar de un lado a otro, para atravesar montañas
y cordilleras imposibles y evitar grandes rodeos. Fueron tiempos en los que
nada se interponía en la comunicación de pueblos y lugares, bien para la
relación entre vecinos o bien para aprovechar bienes o riquezas “del otro
lado”. Nada asustaba, y si había que enfrentarse a las peñas hasta desgajarlas,
abrir paso donde no había, se hacía con valentía y decisión, utilizando pesados
mazos y picachones; no importaba el tiempo empleado ni el esfuerzo megalítico
si al otro lado se encontraba el familiar o el amigo querido, las buenas
tierras de cultivo o los verdes pastizales para los ganados.
Hoy, queridos amigos de este
Cajón de Sastre, os traigo un paso nuevo de montaña, uno más que añadir a la larga
lista de los que ya llevamos guardados en este Cajón de Sastre. Localizado en
el valle de Valdelucio, era conocido como “El Portillo” y servía para comunicar
los pueblos de Barrio-Lucio y La Riba con los del otro lado del espinazo que
parte en dos al valle de Valdelucio (Respenda, Mundilla, Villaescobedo...), así
como también para acceder a los ricos pastos de Berrón, abajo del “espinazo”,
hoy patatales, pero ayer buenos y extensos praderíos. Alguien nos contó, en
este sentido, que fue facilitar el acceso del ganado de Barrio y La Riba a
estos pastos el motivo principal para la abertura de El Portillo.
Si hubiéramos encontrado vecinos
suficientes en lugar de vacíos lugares, seguramente nos hubieran descrito
relatos con alma en relación a este Portillo, pero la despoblación se llevó la
memoria a peor vida. Aun así supimos de novios de uno y de otro lado que en
numerosas ocasiones lo atravesaron para sus encuentros amorosos.
Eran tiempos en los que el bien común era el motor de los días de estas gentes, no hacían falta ingenieros ni inversiones costosas para hacer un paso, solo paciencia y mucho trabajo. Ahí quedan y perduran para envidia de los que pasamos por ellos buscando su trazo. Un saludo.
ResponderEliminarEran tiempos más detenidos, Rosa Cruz, y de ambiciones más sencillas y naturales.
ResponderEliminarSaludos
.
Estoy viendo, sin querer, el Portillo, acceso a la Polera desde el túnel de Ubierna... Fotografías que nos empujan inconscientemente a recorrer su laderas en busca de una meta.
ResponderEliminarBuenos recuerdos me traen el portillo que dices y La Polera, fantástico lugar.
ResponderEliminarGracias por tu comentario