Elías Rubio Marcos y su "CAJÓN DE SASTRE"

Recopilación de artículos publicados y otros de nueva creación. Blog iniciado en 2009.

martes, 29 de mayo de 2018

PEÑAS BURGALESAS QUE MERECIERON SER LEYENDA

        
El Regidor de Perros tiene mucha nariz

Peña sin nombre a las puertas del Monte Hijedo
Como una mano que apunta al cielo

FOTOGRAFÍAS: Peñas de Perros, Santa Gadea de Alfoz, Hacinas, Lomas de Villamediana y Alfoz de Santa Gadea (Tomadas en 1971, 2016 y 2018)

Como lágrimas caídas del cielo que con el tiempo llegaron a fosilizarse, existen en Burgos, salpicando aquí allá con su majestuosa presencia, una serie de peñas que llaman la atención de caminantes perdidos. Cada una por sí misma, en su aislamiento y espectacularidad, podría haber sido protagonista de alguna fabulosa leyenda. Pero por más que he escarbado en sus raíces, nada he encontrado, ni siquiera lo más recurrente: el simple relato de alguna piel de gato, o de becerro, llena de monedas de oro. Nada, ningún tesoro escondido a sus pies. Ni siquiera un nombre que haga referencia a moros o moras del “tiempo de los moros”.  Están vacías de contenido estas peñas de otra era, estos hitos en lugares de ensueño. Y es extraño. ¿Cómo ha sido posible que llegaran hasta nuestros días, como princesas encantadas disfrazadas de megalitos, sin una mísera conseja que llevarnos a la carpeta de las leyendas, sin algún testimonio que cargar en la mochila de nuestra propia fantasía? ¿Falta de imaginación de nuestros ancestros? ¿Pérdida de la trasmisión oral por alguna causa que ignoramos? Desconocidas no serían, pues destacan sobremanera en el paisaje, en alturas o en fondos de los valles. Algunas tienen nombre, es lo menos que se las puede exigir. De entre todos, me quedo con “El Regidor”, cerca del despoblado de Perros. El regidor de perros, podríamos decir. Una lágrima con forma de mano hay que, al caer del cielo en el planeta de Santa Gadea, quedó apuntando con sus dedos hacia el lugar del que había venido. Y entre todas ellas, vemos cuatro junt@s, “Los Peñucos de Hacinas”, como cuatro hermanas o hermanos que, pudiendo haberse convertido en piedra por alguna maldición, nada ni nadie nos lo asegura. Son peñas y peñones, hitos de piedra encantados que podrían haber entrado en el imaginario popular pero que no tuvieron ese honor.


Los Peñucos de Hacinas
Un hermano no da la mano
El Peñuco del Alfoz de Santa Gadea
Cuando suben las aguas de Arija se convierte en isla


Peña de la Cueva de los Alcaldes, testigo de antiguos Concejos

2 comentarios:

  1. Me viene a la memoria aquella incursión que hice al Monte Hijedo y como algunos robles me parecieron auténticas esculturas de piedra, es lo que tiene el otoño. Me pregunto cuando a veces me encuentro con peñas solitarias qué fueron antes y ese antes llega tan lejos que no es posible que ninguna tradición oral los conociera. Son solo elucubraciones, aquellas que nos regalan las tardes de paseo por lugares de ensueño. Un saludo.

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  2. Supongo que quedarías enamorada del Monte Hijedo y de sus ciudades de roca.
    Saludos

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