Elías Rubio Marcos y su "CAJÓN DE SASTRE"

Recopilación de artículos publicados y otros de nueva creación. Blog iniciado en 2009.

domingo, 23 de noviembre de 2025

CARTAS DE RELACIÓN DE UN BURGALÉS EN MÉXICO (II). SEGUNDA PARTE, CUARTA ENTREGA

 

Bello patio en el Museo del Calendario (Santiago de Querétaro). 


CARTAS DE RELACIÓN DE UN BURGALÉS EN MÉXICO (II).  

SEGUNDA PARTE CUARTA ENTREGA


UN INCIDENTE INFORMÁTICO. SANTIAGO DE QUERÉTARO

En la ruta mexicana que llevamos deberíamos ahora detenernos en Santiago de Querétaro y saborear con imágenes otro de los lugares emblemáticos y programados en nuestro periplo. Pero un incidente con el ordenador, que no nos permite abrir muchas de las fotografías que nos trajimos en la mochila de los recuerdos (unas sí y otras no), va a trastocar o entorpecer la dinámica que llevábamos. Y es que, estaréis de acuerdo, queridos amigos de este Cajón de Sastre, en que sin imágenes lo escrito quedará huérfano, de tan imprescindibles como son para reflejar el color de la memoria y el atractivo de los lugares que visitamos. Nada hay que supere a las fotografías, por muchos juegos florales que pretendiéramos hacer.


(En un aparte, queridos amigos, quiero haceros una confesión: desde hace algunos años mantengo junto al ordenador dos cartillas “contra las brujas”, de esas que se clavaban en los hogares de los pueblos burgaleses, como talismán protector para todo, ya fueran incendios, males de ojo o cualquiera otra desgracia. Las compré a las monjas cistercienses del convento Villamayor de los Montes por el irrisorio precio de 1 euro cada una (¡qué significaba un euro si tanto poder tenían!). En un primer momento pensé que las había comprado solo como recuerdo etnográfico, sin embargo, al poco, me pregunté: ¿y si sirvieran para protegerme contra los duendes del ordenador que tan malas pasadas, de vez en cuando (seguramente que por mi propia ineptitud), suelen jugarme? Pensado y hecho: desde entonces las tengo una a cada lado del ordenador. No sé otras veces, pero, a lo que se ve, para este caso no han funcionado). 


 Pero volvamos al relato del viaje mexicano que nos lleva, que en estos momentos ya no podrá ser completo debido a las fotos “perdidas” que más deseábamos. Por esa circunstancia algunos lugares maravillosos de los que visitamos no estarán incluidos y desarrollados. Así, nos saltaremos gran parte del Santiago de Querétaro que conocimos, con su huella colonial, y que al contrario de lo que creíamos al organizar el viaje, no es la ciudad que habíamos imaginado o soñado, recoleta al estilo del San Miguel de Allende que dejamos atrás, qué va: se trata de una gran urbe de cerca de dos millones de habitantes; fue nuestra gran sorpresa (¡ay, la ignorancia!). De nuestra visita a esta ciudad del Bajío guardamos el recuerdo del Hotel Hidalgo, el primer hotel en fundarse (1825) en el estado de Querétaro, en el cual nos hospedamos y en el que el general Antonio López de Santana también se alojó en más de una ocasión (quién sabe si durmió en la misma habitación que la nuestra; probablemente eso nunca lo sabremos). Vaya, vaya, otra vez sale a relucir en esta bitácora dicho personaje, el general que acabó con los rebeldes texanos de la misión del Álamo. Algunos todavía nos estremecemos al escuchar el famoso “Degüello” del trompetista Manny Klein en la película El Álamo, de 1961.

No podemos abrir las fotografías de dicho hotel, ya ha quedado dicho, así como tampoco las que hicimos del magnífico Teatro de la República, en sus principios conocido como Teatro Iturbide, el que tuvimos igualmente la fortuna de visitar en una salida nocturna. Los recuerdos, sin embargo,  aún recientes, compensan la falta de imágenes y nos llevan a algunos episodios históricos que en el interior de este teatro se vivieron, y que nos contaron, como por ejemplo el hecho de que en él fuera enjuiciado y condenado a muerte, en 1867, el emperador de México Maximiliano I y que en 1917 se promulgara la Constitución de 1917. Datos de sumo interés en la historia de México, sin duda. 

Como guinda del pastel en Querétaro visitamos su gran Museo del Calendario, situado en un edificio de estilo colonial con precioso patio. Se trata del único de estas características en el mundo y en el que se exponen cientos de ejemplares de los siglos XIX y XX. En esta magna colección se evidencia la evolución de la creatividad artística, tanto en sus aspectos históricos, etnográficos o publicitarios como en su diversidad tipográfica. En lo que aquí concierne, se da la circunstancia de que entre el naufragio de las muchas fotografías que no nos ha sido posible abrir, hay dos solitarias que sí se muestran, dos náufragas que son las únicas visibles en esta entrega.

No haría falta decir que si en algún momento pudiésemos abrir en su totalidad la colección estaríamos encantados de insertar las fotografías que más convengan para este relato, respetando el texto en su actual composición, pues sería como una anécdota más en el camino que seguimos.

 


Exposición permanente en el Museo del Calendario, en Santiago de Querétaro,


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