FOTOGRAFÍAS: Túnel de Pancorbo. Túnel de Ubierna.
Hubo un tiempo en el que cualquier tipo de construcción, bien fuera infraestructura pública o arquitectura civil de las ciudades, era hecha con esmero y arte. Hoy, en cambio, el feísmo impera, por lo general, en cualquier construcción (quizá con la excepción de alguna faraonada). Valgan como ejemplo las innumerables urbanizaciones-colmena de ladrillo caravista y hormigón que han surgido en los últimos años aquí y allá, por cualquier lugar, con una uniformidad y falta de estética que asusta y aburre. ¿Será este el legado de ciudad y urbanismo que dejaremos a las generaciones que vengan? No creo que su vistosidad atraiga a los turistas del mañana, la verdad. Aunque, bien mirado, vaya usted a saber los gustos, modas y necesidades de dentro de cien años.
Esa falta de mimo en el acabado de las obras se percibe incluso en los túneles de las carreteras. Traigo aquí dos modelos de acabado de túneles que son ilustrativos: uno, el de Pancorbo, creo que de principios del siglo XX, cuyas bocas fueron adornadas a imitación de un castillo, seguramente atendiendo, con sentido ético y estético, a la tradición castelar del pueblo del desfiladero; y otro, el de Ubierna, en la N-623, que es una auténtica pleitesía al feísmo. Descarnado y sin remate alguno, con el mordisco en la roca recibiéndote, parece, además de una agresión al paisaje, una obra inacabada.
A la vista de las fotografías, juzgad vosotros, amigos y visitantes de este cajón de sastre.
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