FOTOS: Carretera del Cuatro en los Montes de la Peña. Túnel de la Complacera.
LA CARRETERA DEL CUATRO Y EL TÚNEL DE LA COMPLACERA EN LOS MONTES DE LA PEÑA
Sirvan estas líneas para rememorar la ascensión que llevé a cabo, en 1996, al Túnel de la Complacera, situado entre el valle de Mena y el valle de Losa. Mi buena amiga Aurora Fernández, maestra muy querida en tierras menesas y excelente conocedora del patrimonio de su valle, me dejó un día en Cilieza, al pie del camino. “Aquí empieza la Carretera del Cuatro, por aquí tienes que empezar a subir si quieres llegar al túnel, no tienes pérdida”, me dijo. ¡Buff!, habrá que tomárselo con calma, dije yo al ver el empinadísimo camino que araña la formidable ladera de los Montes de la Peña.
Me dejó Aurora y comencé mi lenta ascensión. La subida es ardua, pero muy gratificante, pues a mediad que se gana altura y el precipicio se agranda, el valle de Mena va adquiriendo mayor belleza. Llegado a un punto suficientemente alto, pude ver la razón de por qué se llama a este camino Carretera del Cuatro, que no es otra que por tener dos curvas pronunciadas que forman este número.
Quizá con menos calma se lo debían tomar todos los que por esta carretera (¡carretera, qué eufemismo!) tuvieron que trajinar, que debieron ser muchos desde su construcción en 1890, bien con carretas, con caballerías y otros ganados, o simplemente caminando.
Pero dejemos que sea mi Burgos en el Recuerdo 2 quien nos aporte un poco más de luz sobre este paso de montaña con túnel incorporado:
“[...] Excavado artificialmente en la roca viva, bajo el lomo de un portillo natural que cabalga entre los valles de Mena y Losa, en los llamados Montes de la Peña, este túnel comunicador de valles es parte integrante de un viejo camino que fue construido a finales del siglo pasado (XIX) para bajar a la estación de Mercadillo, del ferrocarril de la Robla, el carbón obtenido en los montes de Relloso, especialmente el que provenía del Monte Gurdieta. Sus dimensiones bien aproximadas, 65 metros de largo por 2, 5 de ancho y casi 3 de alto, son suficientes para que en su día permitiera el paso de las carretas que transportaban el carbón. No se ve huella de barreno alguno, lo que hace suponer que fuera hecho con puro esfuerzo humano, y dispone de una especie de acera, hecha con lastras, para independizar el paso de peatones y carretas.
El camino hacia el portillo donde se encuentra el túnel fue muy utilizado desde su construcción (1890-1891), tanto por los citados transportistas de carbón como por los vecinos de Losa que llegaban con sus ganados y excelentes patatas de siembra al ferial de Villasana de Mena, y vino a sustituir en el tránsito a otro paso cercano que hay en los mismos Montes de la Peña, llamado de San Mamés, por el cual bajaban también los caballos losinos a la parada de sementales que hubo en Anzo de Mena hasta aproximadamente mediados de este siglo XX).
Hoy, la Carretera del Cuatro está en desuso (sólo montañeros la utilizan) y en total abandono. Hace ya muchos años que bajó por ella la última carretera carbonera, nadie sube tampoco su ganado a los buenos pastos de Castro. Cilieza, el último pueblo que encuentra a su paso por Mena, es ya una población fantasma, pues sólo un vecino vive en ella, y algo parecido ocurre con Covides, Ovilla y los Relloso, los otros pueblos que conocieron bien el chirriar de las carretas. Quizá el último servicio comercial prestado por el camino y el túnel fuera el dado a los numerosos estraperlistas que pululaban por la zona en los años de posguerra, de cuya actividad hay cumplida memoria entre los meneses de más edad. Sobre esto último, cuenta Amelia, una vecina de Villasana que antes lo fue de Cilieza, que “A la estación de Mercadillo la llamaban entonces “La Frontera”, porque estaban allí los de Abastos y quitaban todo a los estraperlistas que bajaban por el camino”.
Sirvan estas líneas para rememorar la ascensión que llevé a cabo, en 1996, al Túnel de la Complacera, situado entre el valle de Mena y el valle de Losa. Mi buena amiga Aurora Fernández, maestra muy querida en tierras menesas y excelente conocedora del patrimonio de su valle, me dejó un día en Cilieza, al pie del camino. “Aquí empieza la Carretera del Cuatro, por aquí tienes que empezar a subir si quieres llegar al túnel, no tienes pérdida”, me dijo. ¡Buff!, habrá que tomárselo con calma, dije yo al ver el empinadísimo camino que araña la formidable ladera de los Montes de la Peña.
Me dejó Aurora y comencé mi lenta ascensión. La subida es ardua, pero muy gratificante, pues a mediad que se gana altura y el precipicio se agranda, el valle de Mena va adquiriendo mayor belleza. Llegado a un punto suficientemente alto, pude ver la razón de por qué se llama a este camino Carretera del Cuatro, que no es otra que por tener dos curvas pronunciadas que forman este número.
Quizá con menos calma se lo debían tomar todos los que por esta carretera (¡carretera, qué eufemismo!) tuvieron que trajinar, que debieron ser muchos desde su construcción en 1890, bien con carretas, con caballerías y otros ganados, o simplemente caminando.
Pero dejemos que sea mi Burgos en el Recuerdo 2 quien nos aporte un poco más de luz sobre este paso de montaña con túnel incorporado:
“[...] Excavado artificialmente en la roca viva, bajo el lomo de un portillo natural que cabalga entre los valles de Mena y Losa, en los llamados Montes de la Peña, este túnel comunicador de valles es parte integrante de un viejo camino que fue construido a finales del siglo pasado (XIX) para bajar a la estación de Mercadillo, del ferrocarril de la Robla, el carbón obtenido en los montes de Relloso, especialmente el que provenía del Monte Gurdieta. Sus dimensiones bien aproximadas, 65 metros de largo por 2, 5 de ancho y casi 3 de alto, son suficientes para que en su día permitiera el paso de las carretas que transportaban el carbón. No se ve huella de barreno alguno, lo que hace suponer que fuera hecho con puro esfuerzo humano, y dispone de una especie de acera, hecha con lastras, para independizar el paso de peatones y carretas.
El camino hacia el portillo donde se encuentra el túnel fue muy utilizado desde su construcción (1890-1891), tanto por los citados transportistas de carbón como por los vecinos de Losa que llegaban con sus ganados y excelentes patatas de siembra al ferial de Villasana de Mena, y vino a sustituir en el tránsito a otro paso cercano que hay en los mismos Montes de la Peña, llamado de San Mamés, por el cual bajaban también los caballos losinos a la parada de sementales que hubo en Anzo de Mena hasta aproximadamente mediados de este siglo XX).
Hoy, la Carretera del Cuatro está en desuso (sólo montañeros la utilizan) y en total abandono. Hace ya muchos años que bajó por ella la última carretera carbonera, nadie sube tampoco su ganado a los buenos pastos de Castro. Cilieza, el último pueblo que encuentra a su paso por Mena, es ya una población fantasma, pues sólo un vecino vive en ella, y algo parecido ocurre con Covides, Ovilla y los Relloso, los otros pueblos que conocieron bien el chirriar de las carretas. Quizá el último servicio comercial prestado por el camino y el túnel fuera el dado a los numerosos estraperlistas que pululaban por la zona en los años de posguerra, de cuya actividad hay cumplida memoria entre los meneses de más edad. Sobre esto último, cuenta Amelia, una vecina de Villasana que antes lo fue de Cilieza, que “A la estación de Mercadillo la llamaban entonces “La Frontera”, porque estaban allí los de Abastos y quitaban todo a los estraperlistas que bajaban por el camino”.
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