Manuel Garrido ha creado un artístico y pintoresco vergel teniendo como base la botánica y la escultura
Su finca en Villatoro se inspira en los evocadores jardines orientales de su Granada natal. Por doquier, cientos de estatuas de un estilo que él define como "románico aztecas". Es un reputado zahorí que utiliza el péndulo para buscar desde agua a enfermedades. Ha tenido los más diversos oficios, entre ellos el de guarda del castillo de Burgos. Su casa es un auténtico museo y un jardín botánico que quiere legar a la ciudad. Manuel Garrido es un autodidacta tanto en su calidad de viverista como de escultor de la piedra. Cuando compró su "edén" de Villatoro sólo era un solar con cardos y árboles secos.
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