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Precioso frente en la casona misteriosa |
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Venta con extraña inscripción |
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S B B ¿igual a Santa Bárbara Bendita? |
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Datación (Año de 1742) y tres signos sobre ella |
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Elegantes ventanas, una de ellas con llaves de San Pedro,
anagrama de Jesús y nombre de María. Todo indica que debió tratarse de un edificio de carácter religioso |
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En los bajos de la casona hubo una cantina |
FOTOGRAFÍAS: Casona de Quintanilla VIvar (Tomadas en noviembre de 2017)
Existe en Quintanilla Vivar una casona de cierta
dignidad sobre la cual nadie ha sabido decirme nada. Sin ni siquiera nombre que
la identifique, nadie, ni los más viejos del lugar, sabe a quién perteneció ni
los usos que tuvo. Bueno, un uso sí, todos coinciden en que en sus bajos
estuvo, durante muchos años, abierta una cantina, de eso si que se acuerdan,
pero nada más. En el mismo Ayuntamiento, que se supone tendría que tener conocimiento
y relación de los edificios notables de su administrado pueblo, tampoco han sabido decirme nada de este caserón, que a juzgar por los signos
que se observan en su fachada principal, por fuerza tuvo que pertenecer a
alguna institución religiosa, bien en forma de convento, de escuela, internado
o similares.
Quintanilla no tiene tanto patrimonio como para que
este singular edificio pase hoy desapercibido. Y
resulta en verdad curioso que los vecinos de más edad pudieron conservar durante siglos la vieja tradición de que las culebras fueron malditas en
su pueblo y aledaños por El Cid y que, por el contrario, no recuerden ya la
pertenencia y usos de una casa de porte noble y de no tanta antigüedad como la
leyenda.
Pero la fachada, pese a esta incomprensible
ignorancia, con sus elegantes adornos e inscripciones misteriosas, se empeña en
llamarnos la atención. Así, uno de los misterios sería ese, que nadie recuerde
nada de lo que fue, y el otro, la rarísima inscripción que sobre una de las
ventanas puede verse (digo bien, digo verse, porque leerse es harina de otro
costal). Cuando la vi por primera vez, a primera vista, en un fugaz ramalazo, me pareció leer Santa Bárbara, pero no, fijado el ojo, pronto me di cuenta de que la
inscripción era algo más complicado, algo de difícil interpretación. Y aún hoy,
queridos amigos, tras haberla tenido delante de mi tiempo y tiempo, ampliada en
el ordenador, sigo sin obtener nada comprensible. Por más que la miro y remiro,
nada en limpio veo en ella (salvo que las iniciales mayúsculas signifiquen Santa Bárbara Bendita) hasta el punto de que he llegado a pensar que se trata de un jeroglífico o de un mensaje encriptado, un mensaje en clave de alguien
perteneciente a alguna extraña secta, o incluso si está escrito por alguien que
no estaba en su sano juicio, peregrinas ideas todas, desde luego, a las que nadie debe hacer caso.
Más fáciles de interpretar son las ventanas
centrales, donde, junto con algunas elegantes florituras, una cruz y las llaves
de San Pedro, nos sugieren la condición religiosa de la casona, o la ventana
que está a la derecha, donde, bajo tres símbolos verticales, también de dudoso
significado, se ve con claridad la fecha de la construcción (AÑO de 1742).
Ojalá este escrito caiga en ojos de alguien que
pueda ayudarnos a desentrañar los misterios de los que os he hablado, en mi ignorancia, yo me he sentido incapaz.