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Restos del castillo, vestigios de Roma |
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Una estela fuera de lugar |
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Restos de arquitectura romana |
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Escaleras para subir a Roma |
FOTOGRAFÍAS: Piedras de Lara de los Infantes (Tomadas en diciembre de 2015)
Si en un día despejado uno sube a lo más alto de Lara de los Infantes quedará hipnotizado por el paisaje que desde allí se puede contemplar. Hasta donde alcanza la vista y por donde quiera que se mire todo son tierras de Lara, del
histórico alfoz de Lara. Si se mira al sur, veremos Peña Carazo, nave de piedra, arca noética en la que un visionario soñó una vez que estaba el origen de la humanidad. Quiso experimentar su sueño
en los años noventa del siglo pasado y, sin previa radiografía, excavó
durante días y días en lo más alto por ver si llegaba a las tripas de una
ciudad enterrada. No lo consiguió, como tampoco en las cumbres níveas de Canales de la Sierra, donde llevó
a cabo la misma operación con la seguridad de que allí estaba también dicho
origen. Es disculpable lo primero, uno ve Peña Carazo desde Lara y
comprende al visionario, tanta peña llana, tanta mesa puesta no puede estar en vano: con nada dentro, sería un despilfarro.
Visiones aparte, abandonamos Carazo y nos situamos
sobre el pueblo de Lara, y aquí sí, aquí, debajo de las casas, debe haber una
ciudad romana enterrada. No sabemos su nombre, pero sí que debió existir, pues
no de otra manera se explica la aparición de tantos restos de aquella época;
restos, dicho sea de paso, aprovechados en la construcción de las casas de
Lara. Un buen observador que recorra las calles de la pequeña población y
escudriñe sus paramentos exteriores no tendrá dificultad en encontrar diversidad de testimonios, ya sean fragmentos de estelas funerarias o cualquier
otro resto de la ciudad perdida. No digamos ya en la vieja fragua, que tiene,
incrustada en sus rústicas paredes, suficiente colección como para confirmar
ella sola la existencia de dicha ciudad. Lo demás, debió ser pasto de expoliadores de los siglos.
Pero Lara es mucho más que una ciudad perdida, su
nombre viene asociado a otros nombres que con solo pronunciarlos uno se
estremece. San Pedro de Arlanza, Fernán González y el Condado de Castilla, Santa María de las Viñas,
Castillo y Picón de Lara, los Siete Infantes, Peña Carazo... ¿Nos hemos parado a pensar en el significado de todos estos nombres
juntos? Deberíamos hacerlo alguna vez, para sentir la emoción de la historia,
del romance y la leyenda. Sus resonancias nos hacen viajar a la primitiva Castilla,
no a los orígenes de la humanidad pero sí a los nuestros más cercanos. ¡Cuánto patrimonio reunido en Lara!
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En Revilla del Campo, al influjo de Lara |
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Relieve romano en Arauzo de Salce (1998).
Lara y Clunia, hermanas de Roma, debieron estar
comunicados por calzada.
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