Elías Rubio Marcos y su "CAJÓN DE SASTRE"
Recopilación de artículos publicados y otros de nueva creación. Blog iniciado en 2009.
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lunes, 31 de diciembre de 2018
sábado, 22 de diciembre de 2018
UN REGALO ROCOCÓ (VILVIESTRE DEL PINAR)
Regalo de Navidad para los seguidores de Memorias de Burgos |
FOTOGRAFÍA: Ventana en iglesia de Vilviestre del Pinar (Tomada en diciembre de 2019)
Como regalo
navideño, queridos amigos de este Cajón de Sastre, os envuelvo en papel
informático esta bellísima joya que en días recientes encontré en la iglesia
parroquial de Vilviestre del Pinar. Como podéis ver, la ventana sorprende por
su elegancia. Mezcla de clasicismo y barroco, parece lucir las galas del arte
rococó; su ornamentación, con alarde de elementos ondulantes, así como la fecha
que se puede ver en una larga inscripción sobre listón bajo alero(1761) conducen
a encasillarla en este movimiento artístico. Con vuestro permiso guardo una
copia en la carpeta que en su día titulamos ventanas de iglesia y rectorales.
INSCRIPCIÓN
ESTA OBRA SE HIZO
A COSTA DE ESTA VILLA SIENDO CURA D. PEDRO CAMPOS CUESTA AÑO DE 1761
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VENTANAS CON HISTORIA
martes, 18 de diciembre de 2018
TAL COMO ÉRAMOS (II)
Lujoso interior del Salón de Recreo |
FOTOGRAFÍAS: Interior del Salón de Recreo. Obreras del campo (Fondo Cortés)
OBREROS DEL COLOÑO AL PARO
“Además de los ciento y tantos obreros del Coloño que
fueron despedidos la semana pasada, se hallan ya sin trabajo otros treinta
despedidos en esta, de modo que dudamos haya quedado ya ninguno.
Con esto, y con que las proyectadas obras en esta población
sigan en el estado de proyecto, lo mismo que la ya olvidada tienda de asilo, no
es extraño disminuya el censo de población y que los burgaleses tengan que
emigrar en busca de trabajo no solo a las minas de Bilbao sino a Pekín”.
Breve de 6 de febrero de 1888
TRABAJADORES EN DEMANDA DE SOCORRO
“En la mañana del sábado vimos con grandísimo dolor una
multitud de trabajadores recorriendo las calles en demanda de socorro.
Esperamos que la generosidad de las personas acomodadas
harán con sus limosnas menos aflictiva la situación de la clase obrera, que
cesando el crudo temporal que nos agobia podrá dedicarse a los trabajos de las
obras ya iniciadas, y a las que en breve se han de inaugurar”.
Breve de 26 de marzo de 1888
CARIDAD CON LOS TRABAJADORES
“Nuestro querido colaborador GEGE anuncia en su sección “Al
Menudeo” que la sociedad “Salón de Recreo” inició ayer una suscripción para con
su producto aliviar en lo posible la triste situación en que se hallan los obreros de esta capital por falta de
trabajo.
El resultado no ha podido ser más satisfactorio; una vez
más se confirman los caritativos sentimientos de las clases acomodadas en esta
ciudad, que de tal manera han respondido al llamamiento los socios de aquel
Círculo de Recreo, que anoche a las once se habían recaudado más de cien mil
pesetas”.
Burgalesas trabajadoras del campo |
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TAL COMO ÉRAMOS
miércoles, 12 de diciembre de 2018
TAL COMO ÉRAMOS (I)
FOTOGRAFÍAS: Nevada en Peñahorada. Lavanderas en el Arlanzón
Rebuscando
entre mis archivos he encontrado una carpeta con hojas manuscritas y olor a
rancio que guardé hace treinta años y que ya tenía olvidadas. El
descubrimiento ha traído a mi memoria días de ratón de biblioteca, días de
rebusca en las hemerotecas para encontrar datos de vaya usted a saber qué
temas. Las hojas contienen noticias aparecidas en 1888 en el diario
tradicionalista “LA FIDELIDAD CASTELLANA”, noticias de Burgos que si ya por
aquellos días me parecieron curiosas de rescatar, hoy lo son mucho más en esta
época digital en la que todo lo que tenga más de veinte años nos parece
Neandertal.
Sirvan estas
líneas para presentaros, querido amigos, una nueva carpeta, la que titularemos
“TAL COMO ÉRAMOS”. Ojalá sirva para conocernos mejor y para que a alguien se le escape una sonrisa. Comenzamos.
"YA NO NIEVA COMO
ANTES"
“Ha terminado marzo y con él el engorroso temporal que nos
venía molestando.
Con
el buen tiempo se ha robustecido algún tanto la esperanza de los labradores,
que se hallan justamente angustiados con el pertinaz y constante nevar, que ha
tenido los campos cubiertos de nieve y
hielo por espacio de mes y medio, habiendo sito tanta la que ha caído en
algunas comarcas que los lobos y los jabalíes han tenido que aproximarse a los
pueblos en busca de alimentos”
Breve de 3 de
abril de 1888
CIUDADANO IGLESIAS
“Por fin la cacareada discusión del ciudadano Iglesias, que
se esperaba tuviera lugar ayer en el teatro se evaporó.
Sin duda este ciudadano ha visto que
en esta población corren vientos muy impetuosos y poco favorables a su causa, y habrá ido a lucir su pico a otra
parte, donde tengan más ganas de música.
En esta ciudad no parece que haya agradado mucho su
perorata del domingo, y ya se propalan
voces de que ha habido obreros que han querido echarle de plancheta,
profiriendo algunos la frase de abajo los bombines, que quizá los sombrereros
hayan calificado de subversiva”.
Breve de 29 de marzo de 1888
LAVANDERAS DEL ARLANZÓN
“El que quiera pasar un rato
divertido no tiene más que aproximarse al sitio que ocupan las lavanderas en el
río mayor, y de seguro que presenciará escenas trágico-cómicas, capaces de
quitar la murria al más melancólico.
Y si no vean lo que pasa ordinariamente; en un día se
insultan, otro se pegan, y siempre destrozando la moral, la buena educación y
el diccionario”
Breve de 5 de abril de 1888
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TAL COMO ÉRAMOS
jueves, 6 de diciembre de 2018
LOS BANCOS GRABADOS DE PALACIOS DE LA SIERRA
Roseta y piñas, muerte y salvación |
Evidencia de la muerte |
Roseta salvadora |
Obsérvese cabellera y adornos de indumentaria |
Llaves y piñas, ¿subida a los cielos? |
Se aprecia el segundo banco, con sus rosetas y lunas |
FOTOGRAFÍAS: Bancos en iglesia parroquial de Palacios de la Sierra (diciembre de 2018)
“Un
banco entre la vida y la muerte”, podría haberse titulado también esta entrada. Y os digo, queridos amigos de este
Cajón de Sastre, que cuando por primera vez vi la obra no daba crédito y me
pareció que era cosa de extraterrestres. Desde luego que no era así, ¡cómo iba
a ser!, pero los antropomorfos representados en ella me parecieron habitantes
de otro planeta.
Lo que paso a describiros hoy,
queridos amigos, es algo fuera de lo común, una increíble rareza sin parangón
alguno en Burgos y creo que en ninguna otra parte. Os presento aquí dos bancos
de madera muy especiales, corridos y sin brazos,
pertenecientes a la iglesia parroquial de Palacios de la Sierra y cuya particularidad es la de tener tallados en sus respaldos sorprendentes
representaciones que van mucho más allá de la simple función decorativa. Se
trata de una serie de dibujos de tipo simbólico-religioso que, en el caso de
uno de los bancos, el de mayor interés, al que llamaremos “principal”, se
distribuyen en tres compartimentos o paneles. Estas representaciones sin duda debieron
ser hechas por alguien que dominaba el mundo de los símbolos e iconografía
cristianos y no por la simple mano del carpintero que lo fabricó, al que se
supone lego en estas cuestiones. Redundando en esto, es muy probable que
hubiera dos artífices en la obra, uno sería el carpintero autor de la pieza
mueble y otro el que compuso y grabó los pictogramas. Respecto a su antigüedad,
por su aspecto añejo y el evidente deterioro de patas y bordes, así como por
mostrar su madera aparente coincidencia con la balaustrada del coro, podría pensarse que
los dos fueron ejecutados al mismo tiempo que este, probablemente a finales del
siglo XVII. Consultadas algunas personas mayores de Palacios asiduas a la
iglesia, aseguraron que estos bancos,
hoy en el coro, estuvieron antes debajo del mismo, por lo que es presumible que
formaran parte del conjunto de bancos de la iglesia, ahora reemplazados por
otros modernos. Pero, ¿y si los bancos, o parte de ellos, fueran anteriores,
muy anteriores?, ¿y si los tablones decorados fueran reliquias de un tiempo
medieval? Sería un milagro de conservación, sin duda. Con osadía y totales
reservas, pues no es seguro que entonces las iglesias dispusieran de bancos de
madera, apuntamos esta peregrina hipótesis, que en caso de ser acertada
cobraría más sentido la carga simbólica de los grabados. Por otro lado está la
intencionalidad con la que estos fueron ejecutados, ¿se hicieron con el fin de
introducir a los fieles en el universo de los signos cristianos o simplemente
fue un deseo o capricho de alguien que estaba versado en ellos y quiso
expresarlo, libremente y sin más connotaciones, allí donde pudo, en este caso
en la madera de un mueble? Cabe imaginarse a quienes durante un oficio religioso
estaban sentados detrás de dicho banco “principal” viendo las imágenes e ideas
que tenían delante, tratando de interpretarlas; uno no puede por menos que
ponerse en su lugar y en su perplejidad sobre lo que estaban viendo. Sobre todo
ello podríamos seguir haciendo todo tipo de especulaciones, pero la intención de esta
entrada no va más allá que la de dar a conocer, a través de las imágenes
obtenidas, un bien patrimonial, un rico y singular tesoro que, de manera
insólita, ha pasado desapercibido para los historiadores del arte mobiliar.
Consérvese.
“Banco principal”, panel derecho
En el denominado “banco
principal” hallamos que el conjunto de grabados está dividido en tres partes.
Visto de frente, observamos que el lado
derecho de la pata central del banco contiene una roseta de cuatro pétalos
superpuesta a una cruz patada punteada, y enfrentadas a ella dos figuras
humanas ataviadas con una especie de blusón, la de la izquierda con una mano
levantando lo que parece una piña y con la otra una gran cruz, y la de la
derecha, muy borrosa debido a posteriores rayaduras, con una mano blandiendo lo
que debe ser una espada y con la otra aferrándose a la roseta.
“Banco principal”, panel central
A la izquierda de la pata central
y como motivo separador de los dos grandes conjuntos, puede verse una cabeza o
cara de gran esquematismo, de cuya parte superior, a modo de sombrero, salen
dos piñas. Bajo este sencillo rostro se encuentran dos llaves cruzadas de cuyos
extremos superiores salen sendas piñas también.
“Banco principal”, panel izquierdo
Después de la pata separadora,
vemos en el lado izquierdo del respaldo el conjunto de grabados mejor
conservado. Como en el panel derecho, se aprecia una gran roseta central,
aunque ahora hexafolia y ejecutada con mayor perfección, y a su lado dos
figuras antropomorfas, la que está a su derecha con una mano levantando una
piña y con la otra tocando la figura central, y la que está a su izquierda
clara representación de la muerte, con una mano empuñando la guadaña y con la
otra lo que podría ser una ballesta.
Segundo banco
Está mucho más deteriorado que el
principal, y tampoco contiene la riqueza iconográfica de este. Aun así, entre
otras rosetas multifoliadas que contiene, interesa especialmente una central con
dos lunas a su lado, posiblemente como expresiones del simbolismo celeste y
cristiano.
SIMBOLISMO
En lo que se refiere a la
rosetas, cuyo signo fue adoptado por el cristianismo después de su paso por las
distintas fases y culturas de la antigüedad, autores cualificados (1) creen ver
en ella el emblema de Cristo, así como también, y en función del número de
pétalos, el significado de resurrección, regeneración, etc.
Por su parte, las piñas, que tan
abundantemente están representadas en los paneles del banco principal, podrían
simbolizar igualmente la resurrección y
la vida eterna. Quizá por eso haya de interpretarse la figura central como
salvadora, donde piñas coronando y llaves cruzadas deben indicar elevación y
entrada a los cielos.
Y así también, según lo anterior,
el panel de la izquierda, con su gran roseta central y las figuras
antropomórficas descritas, quizá podría estar simbolizando muerte y salvación con
trascendencia divina.
Un tesoro en el coro |
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ETNOGRÁFICOS,
PATRIMONIO Y REFLEXIÓN
sábado, 1 de diciembre de 2018
UNA ROSETA EN MASA
Dintel con escudo religioso fechado en 1660 |
Mismo dintel apoyado sobre otro con roseta exapétala |
FOTOGRAFÍAS: Dintel y roseta en Masa (Tomadas en 2013 y 2018)
No estoy
seguro de que volver tenga el mismo
significado que regresar. Volver a un lugar puede tener algo de espontáneo,
mientras que en regresar puede advertirse una intencionalidad.
Volver a un lugar en el que estuviste en un lejano pasado, o no tan lejano,
puede depararte sorpresas, unas veces desagradables, porque encuentras que ha
desaparecido o arruinado alguna parte del patrimonio que recordabas y que tanto admiraste, y otras más agradables, como cuando, por ejemplo, ves una
restauración respetuosa que no esperabas. Teniendo en cuenta esto, puedo decir
que en enero de este año “volví”, que no “regresé”, a Masa. No recuerdo que
viento me llevó otra vez a este lugar de connotaciones parameras, a veces uno
vuelve y vuelve a los lugares sin saber por qué. El caso es que entre mi
penúltima (2013) y última visita (2018) a este pueblo advertí que se había
producido un cambio notable, y no me refiero a derrumbes de muros, señas de
identidad de la despoblación, sino al desplazamiento del dintel con escudo en
la ventana de una casa que yo mismo tenía registrado. Buscaba la casa que yo
recordaba y no la encontré. Busqué el dintel y, tras dar muchas vueltas por
calles y callejas, lo hallé lejos de aquella, suspendido en el muro de una
ruina, apoyado a su vez sobre otro dintel, más rústico, que debió ser parte de
alguna construcción de cierto relieve, a juzgar por la roseta exapétala que
tiene grabada en el mismo centro.
NOTA: Sugiero a los vecinos de Masa conservar este dintel, como elemento patrimonial y como parte de la historia de su pueblo.
NOTA: Sugiero a los vecinos de Masa conservar este dintel, como elemento patrimonial y como parte de la historia de su pueblo.
viernes, 30 de noviembre de 2018
CAMPANAS DE LEYENDA EN SAN PEDRO DE LA HOZ
FOTOGRAFÍAS: San Pedro de la Hoz (Tomadas en julio de 2012)
Caminando de Burgos Santa Casilda, una mujer que
peregrinaba al santuario de Buezo para cumplir una promesa, se desorientó en su rumbo al caer la noche.
Pero sucedió que, cuando más perdida y afligida estaba, escuchó el toque lejano
de un campanillo, lo cual le sirvió para llegar a San Pedro de la Hoz, de cuya
iglesia salían los tañidos. La mujer [al parecer de alto poder económico], en
agradecimiento por haber salido con bien de aquel trance quiso donar sus
alhajas para que el pueblo fundiera unas campanas nuevas y más grandes, unas
campanas que fueran la admiración de todos y que se escucharan desde muy
lejanos lugares.
Más o menos así lo cuenta una leyenda
que he podido recoger en San Pedro de la Hoz. Más o menos también así podría
haberse leído en algún exvoto de Santa Casilda, caso de que el hecho narrado
hubiera sido escrito y enmarcado en el santuario. Pero no. Digamos que es un
exvoto oral, salido de la tradición y sin ninguna certeza histórica.
Han pasado
trece años desde mi última visita al recóndito lugar de San Pedro de la Hoz y de nuevo el recuerdo
de las dos campanas de su iglesia me ha
llevado al humilde campanario que las aloja. No son unas campanas corrientes de
bronce, qué va. Una es enorme y de sonido largo (tres minutos tiembla el
campanario con un simple golpe de badajo, tres minutos en que su voz queda
suspendida dentro del casetón y se expande a lugares remotos). Las dos tienen
crípticos mensajes, en tipografía y alfabetos varios y cuyo significado nadie
hasta ahora ha sabido descifrar. Me contaron en la visita de ayer, como me lo
contaron hace años (lo que quiere decir que esta cuestión se ha convertido
también en leyenda), que han sido innumerables curas y especialistas (supongo
que paleógrafos) los que se han acercado a San Pedro de la Hoz para descifrar
los enigmáticos mensajes sin haberlo conseguido. Tan problemático es el asunto
que circula la especie en el pueblo de que las inscripciones han llegado hasta el
Vaticano para ser estudiadas por los mejores especialistas. Quedamos a la
espera. Por supuesto, no seré yo, pobre de mí, que a duras penas alcanzo a leer
la fecha de fabricación, 1553, quien vaya a resolver el misterio de las
campanas de San Pedro.
Otra cuestión
planteada es cómo pudieron llegar unas campanas tan enormes a este apartado
rincón en una época (mediados del siglo XVI) en que los caminos debían ser solo
sendas apenas transitables para personas; cómo pudieron ser arrastradas las
carretas, que se supone tendrían que llevarlas, por un desfiladero tan angosto
(La Hoz); y cómo pudieron ser subidas a un campanario tan endeble. La respuesta
puede estar en que debieron ser fundidas in situ por algún campanero
ambulante, probablemente en un horno excavado al poniente de la iglesia, en una
ladera a la altura del campanario, con lo cual el traslado y la colocación pudo
llevarse a cabo sin mayores problemas.
Y una cuestión
más: siendo, por su epigrafía y ornamentos, unas campanas tan excepcionalmente
valiosas, lo natural sería una protección mayor de la iglesia y una
consolidación del campanario. Parece que no es mucho pedir. Uno, que es muy
lanzado a la hora de imaginar, piensa ya en peregrinaciones de paleógrafos,
nacionales y extranjeros, para intentar descifrar dichas inscripciones, y cree
que sería bueno trasladar una imagen de respeto hacia el monumento y no de
abandono. Los vecinos del pueblo han mejorado notablemente su caserío, lo que
es agradecer; un segundo paso sería la declaración de Bien de Interés Cultural
para todo el conjunto por parte de la autoridad competente.
Para vosotros,
queridos amigos y seguidores de este Cajón de Sastre, adjunto una pequeña
muestra de este tesoro campanil. Que la disfrutéis.
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ETNOGRÁFICOS
sábado, 24 de noviembre de 2018
LA CARTA MANUSCRITA
FOTOGRAFÍA: Sobre para carta en avión
De casi me
da un patatús. Ayer abrí el buzón de la correspondencia (quizás habría que
decir hoy de “la publicidad y apercibimientos”) y me encontré con una carta
escrita de puño y letra y con bolígrafo. No os imagináis, queridos amigos, la
emoción que sentí, pues hacía mucho, mucho tiempo que no recibía una carta
personal tradicional, de las de antes, con sello y remitente en el reverso del sobre incluidos. Acostumbrado como estoy a recibir solo comunicaciones de bancos,
recibos de compañías de gas y electricidad, del ayuntamiento o aseguradoras,
con la impersonal escritura de ordenador y sin ningún calor humano, encontrar
en el buzón esta joya me emocionó hasta el punto de que yo mismo me animé y la contesté de puño y letra y a bolígrafo. Y si os digo la verdad, amigos míos,
cuando escribía se apoderaron de mí sentimientos encontrados. Alegres por un lado, porque,
por culpa de las nuevas tecnologías que nos comieron, era la primera vez en
muchos años que respondía de esta manera, y tristes por otro, porque comprobé que mi
letra ya no era la misma, me di cuenta de
que había perdido destreza en el arte de escribir a mano. No digo que lo
hiciera con letra de médico (¡que eso sí es arte!), pero vi que, de no usarla,
mi grafía se había convertido en algo desconocido, creo que en una sucesión de
garabatos bárbaros, inseguros y mal alineados.
Ahora me pregunto cómo será una
carta de amor escrita a través de un correo electrónico sin franqueo alguno. No
lo puedo imaginar, aunque quizá esas cartas ya no se escriban.
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CURIOSIDADES
miércoles, 21 de noviembre de 2018
LIENZOS DEL ABANDONO, ARTE DE POLVO Y ARAÑAS
Tejidos del abandono |
Telas de harina y arañas |
Revuelto de sueños |
FOTOGRAFÍAS: En la vieja fábrica de harinas de Villarcayo. Tomadas en marzo de 2014
Primero fue
polvo de harina en el molino, en suspensión mientras la fábrica trabajaba.
Después la fábrica se paró, sus canalones, motores y correas enmudecieron para
siempre y el polvo se apoderó del tejemaneje de las arañas, ¿o fue al revés?
Fuera como fuere, lo cierto es que ese hermanamiento dibujó sueños colgantes
que, en mis desvaríos, me parecieron lienzos de consumado artista. Nunca
semejantes colgajos lucirán en una pinacoteca, lo sé, por eso los acojo y
guardo en este Cajón de Sastre, donde quizás alguna araña informática siga
tejiendo en la oscuridad.
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ARTE EN LA NATURALEZA,
ETNOGRÁFICOS
lunes, 19 de noviembre de 2018
VENTANA DE LOS AZULEJOS EN ESPINOSA DE LOS MONTEROS
Asomábase la señora de la torre entre bellos azulejos... ¿Qué significaban las ventanas, que tanto se adornaban? |
Torre de los Azulejos en Espinosa de los Monteros ¿Habrá otra tan bella? |
FOTOGRAFÍAS: Torre de los Azulejos (febrero de 2012 y gentileza de Miguel Moreno)
Dentro de la magna colección de ventanas burgalesas que
aquí llevamos guardada no podía faltar este elegantísimo ejemplar, cuya mayor
originalidad es la de tener una colección de azulejos, de personalidad mudéjar,
rodeando tres de sus lados. Pertenece a una de las numerosas torres que existen
en Espinosa de los Monteros, la que, por dicha decoración, se conoce como Torre
de los Azulejos.
Dicho esto, siento la
obligación de entonar un mea culpa, pues en la entrada que aquí guardamos el 10
de diciembre de 2015, con el título de “VENTANAS DE ESPINOSA DE LOS MONTEROS”,
consignábamos la principal de esta torre
(siglo XVI) y olvidamos su joyita lateral, quizá porque en el momento de
nuestra visita las sombras de la tarde y de los árboles hicieron que nos pasara desapercibida.
Guardada queda y que la
disfrutéis.
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VENTANAS CON HISTORIA
viernes, 16 de noviembre de 2018
EL PEÑON DE GETE, DONDE JAN FORE GRABÓ SU NOMBRE
A la sombra del Peñón de Gete se reunían los pastores |
Junto a un camino, en un robledal |
Jan Fore quiso inmortalizar su visita |
También Julito |
FOTOGRAFÍAS: Peñón de Gete (Tomadas en octubre de 2018)
Últimamente se divulgan
afloraciones rocosas en distintos lugares de Burgos a las que se concede el
mérito de ser sacras y además celtas. Suelen ser peñas de roca arenisca que
destacan sobre los pastizales, de manera
abundante en los bajíos de la Peña Carazo. Aunque yo, tan incrédulo como
Tomás (o más), me permito poner en duda ambas cosas ¡y mira que me gustaría que
fueran ciertas! No habiendo ninguna inscripción aclaratoria, resultan elementos
poco fiables algunas simples cazoletillas o concavidades y escalerillas
talladas, que pudieron haber sido hechas por pastores de cualquier época, por
eremitas del medioevo (tan presentes en la zona, San Marcos, Peña Rota, Peña
Aguda...), o simplemente ser de carácter natural y producto de la erosión. Sin
ser un experto, tampoco algunos fragmentos cerámicos encontrados en alguna de
las peñas me parece motivo suficiente para catalogarlas como peñas sagradas y
celtas. Cuántas veces yo mismo he encontrado, en distintos lugares de la
provincia, promontorios rocosos en cuyas cúspides se encuentran cazoletas
naturales que pueden llamar al engaño. Si ser peña destacable en el terreno ya
es mérito para ser sagrada (con lo que esta denominación conlleva) entonces
tendríamos un vasto territorio lleno de santuarios, fueran de pueblos turmogos
o de otras culturas pretéritas. Y si esto hubiera sido así, entonces entre
todas se llevaría la palma el llamado Peñón de Gete, un imponente y solitario
testigo rocoso, de unos doce metros de altura y unos ocho de perímetro, que
sobresale majestuoso en el robledal, como una pirámide maya en las selvas del
Yucatán, justo en la divisoria de los términos municipales de este pueblo y
Villanueva Carazo. Un majestuoso peñón que nunca hubiera pasado desapercibido
para quien ideara llevar a cabo servicios rituales. Como no pasó desapercibido
para los pastores de siempre, pues al girar sobre sí mismo en perfecto acuerdo
con el sol, siempre proyecta acogedoras sombras, en uno o en otro de sus lados.
Imaginaos, queridos amigos de este Cajón de Sastre, las siestas de los pastores
de Hacinas, Villanueva y Gete, en este lugar y al arrullo del enjambre que vive
en el piso de arriba sin más pretensión que la de hacer miel. Siestas sagradas,
cuando el calor más apretaba y las ovejas formaban ovillo.
Cosa aparte serían los grafitis
del lado del sol naciente. Una “pizarra” como aquella por fuerza tuvo que ser
golosa para la escritura grabada y para que los que una vez estuvieran al pie
del Peñón desearan dejar constancia de
su admiración. Esto debió ser lo que llevó a un tal JAN FORE a escribir su
nombre en el año de 179? ¿Jan Fore?, ¿pero qué clase de nombre es este? Jan es
de uso normal en Paises Bajos, Noruega o Polonia, entre otros, pero, ¿y
entonces, quién fue esta persona, de dónde procedía y cómo llegó hasta el Peñón
de Gete? Estaría dispuesto a aceptar
que me dijerais, queridos amigos, que fue cualquier profesional, un agrimensor
o un geólogo, por ejemplo, que inspeccionaba y estudiaba el terreno aledaño a
la Peña Carazo a finales del siglo XVIII. Pero creo que sería
una especulación de complicado trazo.
Dejemos, entonces, volar la imaginación y construyamos cada uno de nosotros la
historia que más nos guste en torno al grafitero Jan.
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miércoles, 10 de octubre de 2018
UNA CRUCERÍA DE ENSUEÑO EN QUINTANARRUZ
Iglesia de Quintanarruz Filigrana de complejas nervaturas en las alturas del crucero |
FOTOGRAFÍA: Iglesia de Santa Leocadia, en Quintanarruz (Tomada, octubre de 2018)
Merecería
estar en alguna catedral más que en una humilde iglesia de pueblo. A nadie podría extrañar ver esta
crucería sobre alguna gran nave catedralicia, soportando bóvedas imposibles del
gótico, como Segovia, Palencia, Salamanca... Pero es el caso que esta maravilla
se encuentra en Quintanarruz, un pequeño lugar de la Merindad de Río Ubierna,
concretamente en la iglesia de Santa Leocadia, que por ser románica puede
llevar toda la atención de los visitantes hacia las arquerías, canecillos y capiteles de
este estilo. Aunque, pensándolo bien, eso parece imposible, pues la increíble
bóveda estrellada sobre el crucero, con extraordinaria madeja de terceletes, y su consiguiente colección de claves de bóveda, cada una con su
roseta hexafolia, luce con tanta
intensidad que por fuerza uno ha de sentirse cautivado. Historiadores del arte
habrá que puedan dar señales de los autores de esta obra de arte del primer
cuarto del siglo XVI, que por fuerza debieron pertenecer a buena escuela.
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martes, 9 de octubre de 2018
DOS CARAS TALLADAS EN QUINTANARRUZ
Posible rostro masculino |
Inquietante rostro ¿femenino? |
Cruz protectora en la entrada de la casa |
FOTOGRAFÍAS: Casa de Quintanarruz (Tomadas en octubre de 2018)
Iba buscando hexapétalas y me
encontré con otra cosa. Junto al centenario moral de la iglesia de
Quintanarruz vemos hoy una antigua y despoblada casona, de planta cuadrangular,
que pronto ha de dar en ruina, como sucede con todo lo que en los pueblos ha
dejado de habitarse o tener uso. Esta casa, probablemente del siglo XIX, tiene
la particularidad de contar en los esquinales de su alero principal con dos
cabezas humanas, una en cada extremo, talladas en los “modillones” o saledizos
que le sustentan. Y no es un caso único. Ya vimos aquí cómo en Ahedo de Butrón
existen también dos figuras diablescas, en casas distintas y situadas de la
misma manera, bien es cierto que con aspecto..., digamos más brujil. Estos dos ejemplos nos
sirven para creer que en un pasado no muy lejano, de supersticiones sin cuento,
debió ser costumbre poner en sitio bien visible de las casas (ninguno mejor que
las esquinas de los aleros) figuras humanas de apariencia monstruosa, imágenes que, con su aspecto feroz, pudieran hacer de ahuyentadores ante la posible entrada de malos
espíritus o animales de mal agüero, como por ejemplo la lechuza nocturna
anunciadora de muerte. Pero la casa de Quintanarruz tiene la particularidad de
que si bien uno de los rostros presenta una evidente e inquietante fealdad, con enorme
boca vacía, con tan solo tres dientes muy separados, la otra parece de
aspecto más apacible, inductora de serenidad, lo que nos lleva a la
confusión. En todo caso, las buenas gentes que construyeron esta casa tuvieron
la precaución de protegerse de manera más religiosa, grabando en el dintel de
la entrada una gran cruz, como fue costumbre extendidísima en nuestros pueblos.
La figura más fea asustaría, la cruz protegería, la imagen apacible del otro
esquinal marcaría propiedad y dominio. Especulaciones, por supuesto. Convendría contar con
otros ejemplos para conclusiones de mayor enjundia.
miércoles, 3 de octubre de 2018
EL CARTEL MÁS BONITO, LA EXPOSICIÓN MÁS ESPECTACULAR
FOTOGRAFÍA: Cartel de la 7ª Exposición (Tomada el 29/9/2018)
El
cartel más bonito y llamativo y la exposición más original y espectacular que
se puede ver en Burgos, eso es lo que a mí me ha parecido la 7ª Exposición de
Tractores Antiguos de Lechedo. Por séptimo año y otra vez sin que las
autoridades provinciales y regionales se tomen en serio la particular muestra,
José Luis Ortiz, este romántico de las viejas máquinas, este visionario que
recorre Europa en busca de los antiguos artefactos, los viejos monstruos que se
utilizaron en la agricultura hace un siglo y más, dio vida en Lechedo de
Cuesta-Urría, el pasado fin de semana, a sus maravillosos tractores antiguos
ante la admiración de miles de personas llegadas desde distintos lugares. No voy a
repetir lo que ya dije aquí en la 5ª Exposición, hoy solo trato de mostraros,
queridos amigos de este Cajón de Sastre, el precioso cartel de este año, una
maravilla de las artes gráficas que parece escapada del siglo XIX. Solo una
cosa más: a poco que se movieran las señaladas instituciones esta muestra
podría tener resonancias nacionales e internacionales. Medítenlo.
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lunes, 1 de octubre de 2018
TAMAYO SALE DEL SILENCIO
Grupo de Tamayos delante de la casa de UNPORTA (No, no es la "Casa inclinada de Pisa", es la poca pericia del fotógrafo) |
Fue presentado a los asistentes a la reunión el libro "Tamayo. Recuerdos de una familia", obra de Luis Jiménez Tuset y Martín |
FOTOGRAFÍAS: Tamayo (Tomadas el 28 de septiembre de 2018)
El pasado 29 visité Tamayo, una
vez más, y van.... Y es que no sé que tiene este pueblo del silencio que tanto
enamora. Digo que no sé, pero sí que lo sé. Es el magnetismo de sus grandiosas
ruinas, de su noble arquitectura del siglo XVIII, de sus empinadas y empedradas
calles donde se hunden ojos oscuros,
bodegones del chacolí que fueron; es su moral gigante junto a la iglesia
gótica, vacía y abierta a todos los vientos, a los apacibles y a los bárbaros.
Es también que siempre, en cada visita, uno descubre algún detalle nuevo que le
llama la atención. Sin ir muy lejos, en marzo pasado consignábamos en esta
bitácora un dintel recortado sobre las nubes lleno de símbolos que nunca antes
habíamos visto. Con las palabras que empleamos entonces llenamos las de hoy, no
puede ser de otra forma, pues los sentimientos son inalterables en estas
memorables ruinas.
Hoy, queridos amigos de este
Cajón de Sastre, tengo que decir que en mi visita del sábado encontré que el
silencio no era tan profundo como en otras ocasiones, algo noté en el ambiente
a mi llegada que no se parecía al de otras veces, era como si de repente
rumores de fiesta sonaran de nuevo en Tamayo. Palabras, voces salidas de entre
los muros desnudos, bajo los murallones de la iglesia, me llegaron en alegre
brisa. ¿A qué se debía el rumor? ¿Cuál era la causa del silencio roto? Pues no
era otra cosa que mi visita había coincidido con la reunión anual que la
asociación Unporta (Unidos Por Tamayo), gente que tiene en común este apellido,
tiene por costumbre hacer cada año desde hace ya bastantes en las ruinas. Me
uní al grupo, en el que, entre otras procedencias que no recuerdo, había
Tamayos de Sevilla, de San Sebastián, de Huesca, de Guadalajara, Pasajes, y así
supe que dicha asociación ha adquirido una casa para rehabilitarla y para que sirva como punto de reunión de los Tamayo de cualquier procedencia. Y para mi
sorpresa, dicha casa es la que luce el dintel del que antes hablé, sí, esa
que tiene labrado un vítor y una fecha, 1782 (Un vítor, ¡qué apropiado para la ocasión!). Ojalá la restauración se lleve a
cabo y que sea lo más respetuosa posible. De momento sabemos que Tamayo sigue
siendo un pueblo del silencio, pero no del olvido.
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martes, 25 de septiembre de 2018
LAS PIEDRAS HABLAN, LAS PIEDRAS CUENTAN, LAS PIEDRAS ANUNCIAN
Casa de un herrador en Tubilla del Agua, fechada en 1903. En el esquinal de la izquierda y en el rombo bajo la ventana, se aprecian las herramientas propias de la profesión |
Martillo y herraduras, con inconfundible sabor al oficio de herrador |
La casa de un herrador en Arauzo de Miel |
FOTOGRAFÍAS: Dinteles grabados en Solarana, Tubilla del Agua, Manciles, Cubillo del Campo (Tomadas en 2018, 2007, 2012).
Os hablo
hoy, amigos de este Cajón de Sastre, de un tiempo (que pudo ser el de nuestros
abuelos y bisabuelos), en el que para anunciar una profesión o una actividad
comercial en un pueblo o lugar había que grabar la piedra con maza, puntero o
cincel y paciencia jobiana. Os hablo, queridos sufridores de esta ya
longeva bitácora, de cuando no existían ni se habían inventado letreros luminosos de neón (por no haber, ni siquiera
electricidad), ni metacrilatos, bronces dorados y otras modernidades donde
llamar la atención sobre cualquier negocio. De cuando la piedra en las fachadas
de las casas era expositora de los mensajes comerciales o profesionales que se
querían transmitir al vecindario de los pueblos, que en nada se parecen a los
de administradores de fincas, médicos y abogados (por citar solo alguna de las
más extendidas hoy en los portales de nuestras ciudades). Por lo general eran
los poderosos dinteles y jambas de los edificios, de puertas y ventanas, los soportes para esta
publicidad. Hoy los vemos con gran nitidez, como si hubiesen sido grabados
ayer, y nos recuerdan a profesionales y oficios pasados, tan humildes como trascendentales en su largo momento, como los de cantero o herrador de animales
de trabajo, y a negocios hosteleros, como las antiguas ventas y mesones de
caminos y pueblos. Contemplar hoy estos anuncios grabados, tan sencillos como
directos, cada uno con los símbolos o herramientas que les eran propios e identificaban, llega a enternecer. Y para que sirva de meditación, aquí
dejo algunos ejemplos localizados en
distintos pueblos burgaleses.
Un porrón y un queso (o tal vez una hogaza) como reclamo en el cartel anunciador de una venta en Cubillo del Campo, junto a la carretera de Soria (1876)
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