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Arco de la Virgen sin imagen |
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El arco con la talla de la Virgen |
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Se aprecia la puerta de acceso al balcón |
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Traseras del Arco de la Virgen, con
Estructura rústica y poderosa |
FOTOGRAFÍAS: Arco de la Virgen en Arenillas de Río Pisuerga (Tomadas en 2004 y 2014)
Uno echa la
vista atrás y comprueba con nostalgia cómo este Cajón de Sastre ha envejecido.
Ha cumplido con creces cinco años de vida, largo o corto periodo, según se
mire, que ha servido para dar cabida a 440 entradas de temática muy dispar.
Cuatro centenares de pequeñas historias, de distintos lugares de Burgos,
que me han servido para recorrer, una vez más, la provincia y para compartir
ratos de emoción con todos vosotros, no muchos pero selectos amigos de aquí y de ultramar. No digo todo esto
porque trate de hacer una conmemoración, qué va, no hay caso, solo es una
reflexión a vuela pluma que se me ha ocurrido al visitar, recientemente,
Arenillas de Rio Pisuerga y contemplar el Arco de la Virgen, una construcción
de la cual conservaba en mis archivos imagen fotográfica de hace una decena de
años, y a la que siempre creí que tarde o temprano habría de referirme. Se
trata de un arco o pasaje semejante a algunos que ya han aparecido en este
Cajón de Sastre. He rebuscado en los bajos fondos y he visto que han pasado ya
tres años desde que nos referimos a otros arcos de parecidas características
(¡cómo olvidar el precioso arco de Castil de Lences, ya desaparecido, dolorosamente demolido). Y
claro, el encuentro me ha producido una sensación de vértigo.
En aquella
vieja entrada confesaba mi debilidad por arcos y pasajes, elementos urbanos tan sencillos como prácticos. Y es que en verdad emociona pensar que pueden estar en uso desde
siglos atrás, quizá desde la misma fundación de los pueblos. Pero el de
Arenillas no es un pasaje cualquiera para comunicar calles o plazuelas, pues
más parece una entrada al pueblo en tiempos en que debió estar cercado que un
simple pasaje para comunicar espacios urbanos. En realidad, y según se nos ha
informado, hubo otro arco igual que desapareció hace tiempo (¿un arco de
entrada al pueblo y otro de salida?, quizá, ejemplos varios hay en los pueblos
de Burgos). Apoyado sobre grueso tapial de tierra, el arco es todo un alarde de
arquitectura popular. Rústico pero poderoso, con un armazón de madera y tierra
donde destaca un balcón que contiene una hornacina para alojar la
talla de una Virgen, la que ahora ha
sido desmontada para su restauración; y para acceder a esta hornacina y a esta Virgen
el balcón tiene una escalera trasera y una puerta. Bien puede uno decir, al
estar delante de esta construcción, que ha atravesado la barrera del tiempo de
la arquitectura. ¡Qué delicia y qué emoción!