Ruinas del castillo de Torregalindo y otra cosa. |
Recopilación de artículos publicados y otros de nueva creación. Blog iniciado en 2009.
sábado, 29 de marzo de 2025
CASTILLO MEDIEVAL Y OTRA COSA
martes, 19 de diciembre de 2023
LA CASITA DEL MOZO DE ESTACIÓN
FOTOGRAFÍAS: Panorámica desde la cantera de balastro. Ruinas de la casa del mozo de estación. Tolvas de la cantera de balastro. (Tomadas en 2014, 2022 y 2023 respectivamente).
Cuando circulamos por una carretera provincial, no importa cuál, a poco ojo que tengamos, es probable que veamos, a uno y otro lado, construcciones o restos de construcciones que nos producen curiosidad e interrogan, tanto por su origen como por la utilidad que tuvieron y a quién sirvieron. Llaman nuestra atención, pero suele suceder que nunca llegamos a parar para verlas de cerca y sacar alguna información o conclusión, probablemente por la inercia de la velocidad o porque, como a veces ocurre, no encontramos un buen lugar para aparcar el coche. Por lo general, suelen estar apartadas de los núcleos urbanos, siempre en lugares aislados y solitarios, pero bien visibles desde nuestros vehículos. De tanto verlas, porque hoy nos movemos mucho, llega un momento en el que nos parece que forman parte del paisaje, no las prestamos atención que merecen y nos conformamos con la ignorancia aceptada. Más de una vez nos hemos preguntado; ¿qué fue esa caseta o casita en la orilla?, ¿para qué ese rústico refugio o tejabana?, ¿qué fueron esas ruinas, esos muros testimoniales? ¿Quién o quiénes fueron autores de lo que un día, sin duda, tuvo una utilidad y ahora está abandonado, derrumbado y olvidado? Hay muchos ejemplos de todo ello en las orillas de las carreteras. Puede ser un mesón cerrado desde hace muchos años porque ya no rentaba, una casa que se nos antoja misteriosa, que nunca hemos visto abierta porque un lejano día fue abandonada por sus habitantes para irse a la ciudad, y desde entonces nadie volvió ni para ventilarla; puede ser un refugio para la parada del autobús de línea, de esos cobijos en los que ya nadie espera por culpa de la despoblación; pueden ser restos de alguna tejera de asturianos, de aquellos barreros que llegaban a la entrada de la primavera a los pueblos y montaban sus tinglados siempre arrimados a las carreteras; o puede ser también una casita muy humilde, de la que nadie hoy se atrevería a decir que fue una vivienda y sin embargo lo fue, como es el caso que ha dado pie a este introito.
CASA DEL MOZO DE
ESTACIÓN, UN BAR EN TORNO A LA ESTACIÓN DEL TREN
Al circular por la C-629 en dirección a
Villarcayo, poco antes de llegar a Peñahorada, una vez rebasado El Callejón
(desfiladero) y entre el arruinado almacén de patatas (aquel que estableciera
PROPAS en los años cuarenta) y la también arruinada estación del f.c. Santander
Mediterráneo, se puede ver una casita a la izquierda de la carretera que a cualquiera
de los que frecuentamos esa ruta nos ha podido llamar la atención. Hoy es una
ruina, como todo lo que la rodea este lugar, pero en su día tuvo una utilidad
de cierta trascendencia. Levantada por el cantero y constructor Ladislao Conde
Rodríguez, probablemente algún año después de haberse inaugurado la estación (1928), fue destinada a vivienda para el mozo de estación y su familia. Ahondando en su historia, por
tradición oral sabemos que, durante un tiempo, esta casita fue bar, cosa que
pudo ocurrir cuando en torno a ella y en este final del desfiladero, se vivió
una inusitada actividad. Esto ocurrió por el propio funcionamiento del almacén,
que generaba muchos empleos, por la estación del S.M. en marcha, con su preceptiva
brigada de mantenimiento y la consiguiente llegada y salida de trenes, y por la
intermitente explotación de la cantera de balastro, con sus propios obreros y
vagones para el transporte. (Cabe recordar aquí que, a principios de la década de
los cincuenta esta explotación funcionaba a pleno rendimiento como consecuencia
de la remodelación de la “Estación Única de Burgos”).
A todo aquel movimiento se sumaba la recepción de los carros y camionetas de patatas que llegaban de los pueblos, que, como la llegada de los trenes, generaban vida y ambiente en aquel el pequeño complejo industrial de la piedra y el tubérculo (“cuando llegaba un tren, aquello era una fiesta”. Sic. vecino de Peñahorada).
Se juntaba, pues, entre una y otra actividad,
una abundante población, entre fija y flotante, lo cual justificó la existencia del citado bar.
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Casita del mozo de estación |
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Desvencijado interior de de la casita. Debajo está el depósito en el que se guardaba la paja. |
UN PAJAR EN EL BAR. PAJA PARA EL SELLADO DE LOS VAGONES
Al almacén de “PROPASI” llegaban patatas de
muchos lugares de Burgos, en carros de bueyes o en camionetas. Desde allí, tras la
oportuna selección para siembra, eran transportadas en tren a la estación de
Burgos para, a continuación, ser distribuidas a distintos puntos de España. Se llenaban
vagones ferroviarios de 10.000 y hasta de 20.000 kgs., en sacos de 100 kg., y
solía ocurrir que, estando cargados, las patatas debían hacer noche antes de su
transporte a Burgos, lo que llevaba consigo que quedaran a merced de las
heladas. Eran patatas acostumbradas al frío, pues mayormente venían de los
páramos burgaleses, pero “del mismo, mismo Bilbao no eran” (perdón por la
broma), y en los crudos inviernos de los años cuarenta-cincuenta las heladas
eran tan terribles que había que sellar con paja las fisuras y rendijas de
dichos vagones para protegerlas del hielo. Y como en invierno no se producía
paja, al menos en Burgos, había que guardar la del verano para aquella
contingencia. Para su almacenamiento, y tras algún acuerdo entre PROPASI (sin documento
que lo avale, que conozcamos), en la planta inferior de dicho bar se construyó un
amplio y profundo depósito subterráneo. Aquel depósito, según tradición oral, era
conocido como El Pajar. Todavía hoy, pese a la ruina de la casita y la maraña
de vegetación que todo lo envuelve, bajo la tarima levantada del piso puede apreciarse
el hueco oscuro de dicho pajar, no así la rampa por la que accedían los carros
para descargar y cargar la paja.
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Tolvas en la cantera del balastro |
miércoles, 17 de mayo de 2023
CAMPANARIO HULK
El increíble Hulk visto por la espalda. |
FOTOGRAFÍAS: Ermita de El Salvador, en Tamarón. (Tomada en mayo de 2023)
No sé a vosotros, queridos amigos de este Cajón de Sastre, pero a mí esta figura de apariencia antropomorfa, creada por la hiedra en una ermita de Tamarón, vista de espaldas me recuerda al increíble Hulk. Hay algo en esta poderosa, musculosa masa-vegetal que hace que vea en ella al personaje fantástico del cine. Pero es un Hulk verde que ni da mamporros ni nada parecido, solo sustenta la espadaña-campanario con sus brazos argamasa, lo cual no es poco. Si no fuera por su descomunal fuerza y su pacientísima labor la torrecilla campanil ya hubiera caído hace años, como sucedió con la nave. A veces, la hiedra, testigo solitario del paso del tiempo, además de proporcionarnos imágenes insólitas y bellas, cumple la función de conservar el patrimonio.
Un Hulk verde y protector. |
domingo, 3 de julio de 2022
LA VENTANILLA DESDE DENTRO
Una ventanilla para el recuerdo. "Un billete a Castrillo, por favor" |
FOTOGRAFÍAS: Estación de Salas de los Infantes (Tomadas en junio de 2022)
En algún aciago momento alguien
decidió que las estaciones de trenes de líneas abandonadas tenían que
desaparecer al ser clausurado el servicio ferroviario que prestaban. Ese era el aprecio reinante entonces por todo el patrimonio ferroviario que quedaba a su suerte. Sus deseos se han
cumplido. Hoy, lo mismo las del Madrid-Directo que las del
Santander-Mediterráneo, todas ellas de preciosa arquitectura, la mayoría se han convertido en un muestrario arqueológico que avergüenza. Quizá alguien pueda ver como normal que esto
suceda con las estaciones de pueblecitos, pero puede ser también que haya quien se sorprenda al
ver que el mismo destino puede aguardar a estaciones de cierto empaque, como por ejemplo la
de Salas de los Infantes. Camino lleva. Cuando uno entra en la estación de la
capital serrana, por la parte que da a las vías, donde todo se encuentra
abierto, lo primero que ve es desolación. Es como si Atila, o cualquier otro
bárbaro ostrogodo (que me perdonen los ostrogodos), hubieran acampado en ella en
alguna de sus operaciones de castigo y desguace. Qué pena. La estación de Salas
de los Infantes, un caserón de época, testimonio importante de la arquitectura
ferroviaria del primer cuarto del siglo XX, que tantos servicios prestó a
Burgos, debería ser protegida y conservada. Estaría bien que se le diera una
nueva utilidad.
Entre tanta desolación como puede verse, como
una especie de milagro, aún puede verse, en su integridad, pero sellada a cal y
canto, la ventanilla por donde muchos serranos viajeros dejaban ver sombrero, boina o
pañolón cuando solicitaban sus billetes y donde todos aparentábamos ser simples
retratos. Lo que se ve de ella es el otro lado, el que ningún viajero veíamos desde la sala de espera. Al
mando de esta reliquia uno se imagina hoy a aquel señor uniformado y con gorra
plato que expedía los billetes y manejaba los cajoncitos del dinero, los mismos
cajoncitos que pueden verse en la fotografía que aquí se muestra. “Un billete a
Burgos, por favor”, otro a Rabanera, otro a Soria..., y así otros tantos billetes a destinos y paradas como el S.M. hacía, desde Hontoria del Pinar hasta Cidad-Dosante,
o a la inversa. La ventanilla de Salas de los Infantes nos permite viajar ahora solo al triste lugar de los
recuerdos.
Estación de Salas de los Infantes. O se la da un uso o no tardando mucho se convertirá en una ruina |
viernes, 11 de septiembre de 2020
FOTOS CON HISTORIA, DE NUEVO PEÑAHORADA
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Peña el Agujero en el desfiladero, antes de las obras del ferrocarril |
FOTOGRAFÍAS: Iglesia y trinchera cortesía de Aurelio Merino
viernes, 24 de abril de 2020
OTRA IMAGEN INÉDITA DE CASA LA VEGA
Desde mi confinamiento
(Año del coronavirus, abril de 2020)
viernes, 17 de abril de 2020
DOS IMÁGENES INÉDITAS DE CASA LA VEGA
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Casa La Vega. Se aprecia también el molino |
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Desde más arriba |
miércoles, 19 de junio de 2019
EL ABRAZO DE LA YEDRA
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Cuando la hidalga ventana todavía se encontraba libre |
La yedra es bella, pero más lo es la ventana |
miércoles, 30 de enero de 2019
CARTA AL CANTERO TEÓGENES
El balcón del cantero Teógenes, una obra de 1920 |
La roseta hexapétala como símbolo de la profesión |
Estimado Teógenes:
Siento decírtelo, Teógenes, pero tu casa se está hundiendo |
lunes, 28 de enero de 2019
TRES IMÁGENES INÉDITAS DE LA LASTRA (EN LINARES DE BRICIA)
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Arcos que ya desaparecieron |
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El conjunto cuando todavía se encontraba en pie |
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El gran muro de la entrada tenía un escudo ya desaparecido |
sábado, 1 de diciembre de 2018
UNA ROSETA EN MASA
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Dintel con escudo religioso fechado en 1660 |
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Mismo dintel apoyado sobre otro con roseta exapétala |
FOTOGRAFÍAS: Dintel y roseta en Masa (Tomadas en 2013 y 2018)
NOTA: Sugiero a los vecinos de Masa conservar este dintel, como elemento patrimonial y como parte de la historia de su pueblo.
domingo, 16 de septiembre de 2018
LOS BURGOS PERDIDOS, LO QUE PERDEMOS
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Cuando la belleza era de uso normal y común |
FOTOGRAFÍAS: El Toro de Arroyuelo. Arquitectura de Valdebezana (setiembre de 2008)
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El Toro de Arroyuelo, a imitación del Osborne |
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Aldeas escondidas de Valdebezana, testigos de un tiempo que se fue para no volver |
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Arquitectura tradicional de las Montañas de Burgos, un patrimonio de inmenso valor que desaparecerá
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martes, 1 de mayo de 2018
DESPOBLACIÓN Y PATRIMONIO
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Artística portada, con leyenda y escudo, datada en 1727 |
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Desde el exterior parece estar completa, dentro reina la ruina |
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Sorprenden cuatro hornacinas juntas, bajo una cubierta que ya no está Dentro crecen los árboles |
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Una obra hecha a expensas de un "caballero del hábito de Santiago" |
viernes, 30 de marzo de 2018
PASIÓN DEL PATRIMONIO

Descendimiento entre ruinas

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Perspectiva clásica, ¿una pista para la datación? |
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Cada vez queda menos |
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Bella y original basa de columna, restos del naufragio |
viernes, 23 de febrero de 2018
PINCELADAS DE QUINTANAJUAR
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Capricho del paso del tiempo y el abandono |
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Algo se vislumbra, pero mis ojos no lo captan |
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Tres rosetas como tres soles |
FOTOGRAFÍAS: Pinturas en Quintanajuar (Tomadas en febrero de 2018)
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Es más lo que se adivina que lo que se ve |
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Los jarrones de Quintanajuar ¿Pureza cisterciense? |