Elías Rubio Marcos y su "CAJÓN DE SASTRE"

Recopilación de artículos publicados y otros de nueva creación. Blog iniciado en 2009.

domingo, 31 de marzo de 2019

LA COSECHADORA DE SANTA CRUZ (CUENTO)

Cosechadora junto a la hornera de Santa Cruz
del Valle Urbión (2007)

¿Un invento del  TBO?



FOTOGRAFÍAS: Cosechadora en Santa Cruz del Valle Urbión (Tomadas en 2007 y 2019) 


¡Crag, crag, crag!, raspando los caminos, chirriando y echando chispas, la máquina cosechadora llegó rodando a Santa Cruz del Valle Urbión y se estacionó junto a la hornera. Fue la admiración de todo el vecindario, nunca antes habían visto cosa igual. Quitándose el sudor de sus hierros, la extraña se ofreció a trabajar, pero nadie quiso contratarla, pues todos sabían de ganadería y hierba pero no de estrambóticas máquinas como aquella, que de tantos tubos, ruedas y poleas les pareció un invento del demonio. “¿Qué haces”, le preguntaron. “Cosecho el trigo y la cebada”, dijo. “Aquí no sembramos trigo, nos lo traen de Castilla. Aquí solo cosechamos hierba, así que no nos haces falta”, le dijeron.  Apesadumbrada, la cosechadora preguntó si podía quedarse allí a descansar, pues  era ya muy anciana y no tenía fuerzas para continuar rodando por los caminos. “Puedes quedarte, pero no hagas mucho ruido al respirar por las noches”, le dijeron un tanto desconfiados. Al principio sorprendía a todos contando sus aventuras por lejanos campos de cereal y páramos desolados, pero pasaron días y semanas y, acostumbrados, ya nadie se arrimaba a escuchar sus relatos; la saludaban al pasar, eso sí, pero en aquel pueblo de montaña y nieve, las ocupaciones eran muchas y a nadie parecía interesar ya lo que aquella especie de monstruo repetía un día y otro. Después pasaron los meses, y los años, la cosechadora seguía descansando a la sombra de la hornera, los vecinos mayores se habían acostumbrado a su presencia y ya ni siquiera la saludaban, solo los niños hablaban con ella los domingos por la tarde y al salir de la escuela. A ellos les encantaban sus historias, sobre todo una: “Cosechadora -le decían-, cuéntanos otra vez la historia del pueblo que no conocían la hoz y segaban con escoplo y martillo”. Y cuando terminaba de contarla, los niños reían como nunca antes habían reído.


2019 y sigue durmiendo en el mismo lugar

lunes, 18 de marzo de 2019

VENTANAS ENTRE REJAS

Maravillosa reja en ventana de Rebolledo Traspeña
Impide ver en su plenitud el escudo que se halla detrás. 

Casona en Rebolledo Traspeña


Ventana a gran altura en la iglesia de Espinosa de Cervera.
Su muy elaborada reja hace que perdonemos el hecho de que
 oculta una obra del siglo XVI.



FOTOGRAFÍAS: Ventanas de  Espinosa de Cervera, Rebolledo Traspeña y Salazar de Amaya. (Tomadas en 2019)


En ocasiones, rejerías protectoras nos impiden ver con nitidez las ventanas. Pero esto, que pudiera suponer para estudiosos y aficionados al arte un problema, para los que amamos la belleza en todos los terrenos es un premio añadido que valoramos como se merece. Porque las rejas, si son obras hechas con el mimo y arte de siglos pasados, embellecen tanto como las propias ventanas. Otra cosa es que nos preguntemos por qué era necesario poner rejas "protectoras" en ventanas altas, donde difícilmente alguien podría acceder al interior de templos o casas sin ayuda de altas escaleras u otros artilugios. No siendo lugares de clausura, donde son tradicionales las celosías aisladoras del mundo exterior, no se me ocurren otros motivos para  que se protegieran las ventanas de esta manera que el simple embellecimiento. Y esto dicho sea con todas las precauciones, porque en uno de los casos que aquí traemos, el de Rebolledo Traspeña (1794), la maravillosa reja está ocultando inscripciones y el escudo identitario de quien habitó la casona. Las dos cosas hechas y colocadas a la vez, ventana y rejas, parecen un contrasentido, pues ¿quién en su sano juicio iba a ocultar lo que con tanto orgullo mandó esculpir para que todos lo vieran?  Más bien creo que ambas cosas pudieron datarse en épocas distintas, de modo que primero sería la ventana y más tarde la reja.  
Por su parte, la bellísima reja que oculta una ventana renacentista en la iglesia de Espinosa de Cervera también parece no tener mucho  sentido. Al encontrarse a gran altura nada indica que pudiera amenazar un posible acceso al templo por este hueco sin ayuda de aparatosos artilugios. La reja, pues, probablemente se pondría como elemento decorativo.
Otra cosa sería el caso de Salazar de Amaya, que aquí traemos de nuevo, donde al hallarse la ventana a nivel muy bajo y accesible a cualquiera, podría tener un sentido protector más que embellecedor.
 Sin olvidar que cada una de estas rejas está rematada con una cruz, símbolo protector por antonomasia, también en los edificios civiles. 


Ventana con reja en Salazar de Amaya
Una cruz preside el hierro.


lunes, 11 de marzo de 2019

LAS VENTANAS DE LA "CASA DEL CURA" EN REBOLLEDO DE LA TORRE



Una ventana para la confusión


Parece salida de un palacio 


Casa del Cura, ya arruinada.
Solo las ventanas  resisten con alguna dignidad


FOTOGRAFÍAS: Ventanas en la Casa del Cura en Rebolledo de la Torre (Marzo, 2019)


Hoy, querido amigos, traigo a esta bitácora dos ventanas de Rebolledo de la Torre que seguro os han de sorprender como a mí me sorprendieron.  Pareciendo palaciegas, o pertenecientes a alguna casona hidalga, lo cierto es que están integradas en lo que fue casa del cura, hoy arruinada. Uno las mira y remira y se queda atónito, dudando de si en verdad son ventanas antiguas o si por el contrario son de ejecución más o menos reciente, del siglo XIX o XX,  encargadas por el cura a algún cantero de la zona y mandadas embutir en el muro occidental de su casa. Me gustaría equivocarme, pero personalmente apuesto por esto último. Y si esto fuera así podríamos decir que son dos obras “neo”, es decir obras que imitan estilos artísticos anteriores. En ambas se aprecia la pátina u óxido del tiempo, pero creo que no lo suficiente para que llegue a engañarnos. Tampoco los tres escudos de una de ellas parecen antiguos, más bien dan la impresión de que son “modernos”  y   capricho de quien los ordenó insertar para autobombo de la casa.   
Estamos ante una rareza, desde luego, pero nada que nos pueda sorprender ya en esta provincia burgalesa, donde artistas populares y hetereodoxos con sus obras se encuentran por cualquier parte. No descarto totalmente, sin embargo, la posibilidad de que las dos ventanas fueran trasladadas de algún edificio histórico de Rebolledo ya desaparecido. Pero no apuesto por ello; si así fuera, estaría dispuesto  a rectificar como el asunto se merece. En todo caso, “auténticas” o no “auténticas”, las guardamos con mucho cariño en el cajón de los cientos de ventanas que llevamos registradas. Esperemos que no se sientan incómodas ni unas ni otras.

domingo, 3 de marzo de 2019

BAJO EL SOL DE MEDIODÍA EN IGLESIAS

Plaza de la Iglesia y de la fuente en Iglesias,
un lugar para meditar sobre nuestros pueblos,
sobre lo que significaron, lo que significan ahora
 y el futuro que los aguarda. 
   

El rumor de la fuente acompaña al sol de mediodía,
sinfonía del agua en febrero que ya pocos
en Iglesias escuchan.

Siglo y medio de continuo correr,
caños que acompañaron generaciones. 



FOTOGRAFÍAS: Patrimonio de Iglesias

Domingo, 24 de febrero de 2019, mediodía, Plaza Mayor de Iglesias (de Iglesias pueblo, quiero decir) desierta y soleada. La calma reina en el amplio espacio urbano, solo el relajante rumor de la fuente de cuatro caños se expande y rompe el silencio. La vida parece haberse detenido a esta hora del día. Es uno de esos momentos que uno quisiera que se prolongaran en el tiempo. Un hombre de avanzada edad hace acto de presencia en el remansado cuadro, viene de una calle de arriba y se dirige a la iglesia. Pronto va a ser la misa, pronto vendrán con sus galas de domingo los sobrevivientes, hay que abrir el portón para que el sol penetre y caldee el ambiente del interior. A continuación el hombre aprieta un botón verde en la sacristía y las campanas comienzan a sonar como posesas, como si no lo hubieran hecho nunca. Cosas de la electrónica (que ya no hacen falta campaneros). Son las “primeras”, el estruendo es ensordecedor, más bien tirando a irritante, y es difícil que ningún vecino de los pocos que ya quedan en el pueblo se quede sin oírlas. Luego vendrá la segunda sesión, y al poco la tercera, y cada vez que las campanas suenen se apagarán los limpios rumores de la fuente. Adosada a la iglesia hay una casa de buenos sillares, me parece la sacristía, pero no, el hombre me dice que fue la casa del organista y de su familia. ¡La casa del organista! Esto es nuevo para mí. Un maese Pérez de Iglesias que tenía su propia casa, memoria de un tiempo musical para esforzados trabajadores de la tierra y para artesanos tejedores, que de todo ello hubo en abundancia en Iglesias. Anoto una ventana principal de esta casa (parece de aire dieciochesco) y la guardo con los cientos de singulares que llevamos guardadas.
En esta gran plaza, entre lapsus y lapsus campanil, no pude por menos que meditar sobre lo que ya perdimos, lo que estamos perdiendo y lo que vamos a perder definitivamente. ¿Pero de verdad, de verdad, que estamos decididos a que todos los pueblos mueran? ¿Estamos seguros de lo que estamos haciendo? Hummmm, no sé si estaremos jugando a ser  aprendices de brujo; algo me dice que lo pagaremos.


Casa del Organista.
Tenía una puerta contigua por la que se accedía
a la iglesia y su órgano

Fuente pública, octogonal y con anillo interior


Pero a lo que íbamos, la plaza tiene una gran iglesia, como es costumbre en cualquier pueblo, tiene una casa de organista, tiene una fuente octogonal de cuatro caños, con pasillo interior solo apto para personas y no para bestias, y por si fuera poco, con cuatro inscripciones, una en cada canto del “árbol”, que nos hablan de regulaciones de otro tiempo:


SE PROHIBE

LA SUMERSIÓN

DE TODA INMUNDICIA 

             1873
BAJO LA MULTA DE 4 RS.



¿Se podría pedir más? Pidámoslo, pues todavía nos queda por registrar una casa en un rincón sombrío de la plaza con otra curiosidad. No es fácil ver lo que las sombras ocultan, menos aún si se está bajo los efectos de un sol  deslumbrante. Aun así, elevando la mirada hacia las dos ventanas del piso superior llegué a descubrir dos inscripciones borrosas, una en cada correspondiente dintel. En aquel momento no alcancé a descifrar lo que la sombra desdibujaba, solo pude verlo al descargar las fotos en el ordenador. Ante mi sorpresa, en uno pude leer:


NI CONTRA EL REY

y en el otro,

NI CONTRA LA LEY



Dos ventanas con leyenda en una casa de la gran plaza 


Dos mensajes que nos lleva a pensar que dicha casa sin duda debió pertenecer a alguna persona de orden, tal vez a algún militar decimonónico.

Mediodía, ya empiezan a llegar los sobrevivientes con sus galas de domingo, vienen de una calle y de otra, en un tradicional goteo, han sonado las terceras.