La ventana tapiada de Cornejo
Quién construyó con tanto mimo esta ventana. Para quién se derrochó tanto arte. Quién, noble, miró, asomó, apoyó su busto en el alféizar de bolas. Quién tapió la historia de la casona. Quién, iluminado, rellenó el carpanel de bolas, sin temor a la maldición heráldica que pudo caer sobre su osadía. Qué leyendas del viento renacentista nos oculta esta belleza pétrea, ciega, olvidada en el callejón de sombras de Cornejo.
La ventana de Tudanca
La ventana polifémica con su cuenca negra por vacía. El escudo altivo que ya no impresiona a nadie. Las bolas de piedra, inseparables compañeras de centurias pasadas. Las gallinas irreverentes que se ensucian en la historia, en la puerta exquisita por donde entraron y salieron damas y caballeros poderosos del Ebro. Puerta y ventana para una misma casona, hidalguía y patrimonio que a nadie importa ni impresiona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Solo se admiten comentarios constructivos. Los comentarios anónimos, o irrespetuosos, no serán publicados, tampoco los que no estén correctamente identificados.