Elías Rubio Marcos y su "CAJÓN DE SASTRE"

Recopilación de artículos publicados y otros de nueva creación. Blog iniciado en 2009.

jueves, 4 de febrero de 2016

EL BALCÓN DEL LEÓN

Una delicia decimonónica

Conjunto

Un león bajo el alero


FOTOGRAFÍAS: Balcón en Tubilla del Agua (Tomadas en 2015)

Hablábamos ayer de la carretera de Santander (la N-623). Decíamos que, por su ya escaso tráfico, se había echado a dormir. Y siendo esto una especie de metáfora, no deja de haber cierta verdad en ello. Atrás ha quedado la época en que burgaleses y no burgaleses elegíamos esta ruta para llegar la capital cántabra o a las playas del norte, con el temible Escudo por delante, atrás el tiempo en que  había vida en los pueblos de sus orillas. Circular hoy por esta ruta, sin el agobio del tráfico pasado, aunque con las obligadas precauciones, se convierte en un plácido paseo y nos permite disfrutar, siquiera de reojo, de las muchas bellezas naturales que salen al paso, por más que nos sean conocidas. Cuántas veces, por ejemplo, en la travesía de Tubilla del Agua, más atentos a nuestra velocidad que a otra cosa, nos pasó inadvertido, o de refilón, el magnífico balcón de piedra de una de las últimas casas de la población, junto a la carretera. Puede ser ahora el momento de admirar esta joyita decimonónica, con su envoltorio, aunque mejor si nos detenemos y aparcamos el coche.

Fechado en 1897, época modernista, el balcón llama la atención por estar construido enteramente en piedra, cosa bastante curiosa, pues lo habitual es que al menos las rejas (en este caso columnas deliciosamente torneadas) sean de forja. Pero el conjunto escultórico va más allá, y nos deleita con bellos motivos ornamentales, desde jarrones floridos y ondulantes vegetales hasta una especie de tímpano románico (¿de ventana?) con león dentro, que sirve de remate en el sombrío del alero. El color de la piedra de este “tímpano” es distinto al resto del conjunto, lo cual podría estar sugiriendo dos cosas, o que es un elemento extraño, llegado quizá de algún templo románico próximo, o que se ha teñido con el agua de lluvia pasada por la madera del alero. En todo caso, estamos ante una curiosidad más de las muchas que podemos encontrar y disfrutar en los pueblos si nos fijamos en los detalles.  


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