Elías Rubio Marcos y su "CAJÓN DE SASTRE"

Recopilación de artículos publicados y otros de nueva creación. Blog iniciado en 2009.

domingo, 8 de mayo de 2016

DOS DÍAS POR EL NORTE (II)


FOTOGRAFÍAS: Ventanas de Céspedes. Torre caída en Bárcena de Pienza (Tomadas en abril de 2016)

PRIMER DÍA, CUARTA PARADA
(Céspedes, ventanas hidalgas)

Tras una visita fugaz a los montes pasiegos, para darnos el gustazo de contemplar el Castro Valnera coronado por la nieve, ese gigante que tantas veces acompañó mis exploraciones, retrocedimos hacia un territorio de aldeas silenciosas próximas a El Ribero, por carreteritas sinuosas y envueltas en una luz de regalo que pronto anunciaría las sombras. Así llegamos a Céspedes, lugar escondido que nunca había hollado (siempre queda algo por conocer y descubrir). Lo sabía, intuía que en aquel territorio interior y desconocido alguien de condición hidalga debió posar sus reales en siglos de casastorre y escudos. Y no me equivocaba, una gran casona con perfectos sillares albinos nos recibió a la entrada del pueblo, y en ella una primorosa ventana, blasonada con armas del apellido Céspedes, digna obra de algún mago de la piedra. Pero hay más casas  con ventanas blasonadas en Céspedes, un pueblo de hidalgos, a lo que se ve, solo hay que alzar la vista hacia los aleros y llegaremos a contar hasta media docena. Huelga decir que todas pasan a engrosar el ya repleto baúl que llevamos. Dejo aquí tan solo una muestra.


Una magnífica casona con ventana blasonada en Céspedes

Una ventana digna de un mago de la piedra

Preciosa ventana para un escudo vacío

Ventana para un hijodalgo de Céspedes



PRIMER DÍA, QUINTA Y ÚLTIMA PARADA
(Bárcena de Pienza,  la torre caída)

De cómo al terminar el día llegamos a Bárcena de Pienza podría daros algunos detalles; podría deciros, por ejemplo, que habíamos ido en busca de un Lechedo que luego resultó que no era el que buscábamos, y que de vuelta por Gayangos fuimos a dar al primero de los pueblos, pero todo lo demás sería algo que nada de interés iba a aportar. El caso es que, ya bastante caída la tarde, a la entrada de Bárcena nos llamó la atención un nido de cigüeña con su inquilina; y esto no hubiera sido reseñable si no fuera porque el nido se encontraba en lo más alto de lo que parecía una casona arruinada, y porque bajo él, casi escondida, podía verse una ventana ajimezada, de arcos apuntados, propia de algún edificio histórico. Apresurados, aún tuvimos tiempo de recorrer el perímetro del edificio, que pronto comprobamos se trataba de una torre, probablemente de origen medieval. Recorrimos lo que pudimos, porque una casa adosada impedía (impide) hacerlo en su totalidad. El espectáculo era penoso, debo decir, pues lo que se ofrecía ante nuestros ojos, a pesar de algún lienzo en pie, era francamente desolador, una vieja torre caída (hoy sé que sin estudiar ni catalogar) con aspecto de haber pertenecido a algún notable de la zona, estaba prácticamente reducida a escombros. Ya digo, una pena.
La noche pronto caería en Bárcena de Pienza, era momento de volver a El Ribero y  de calmar en su bella torre la fatiga emocional por tantas cosas vistas.  



Definitivamente, se trataba de una torre caída

Primero vimos el nido, después la ventana ajimezada

Algunas saeteras en el lienzo del poniente hacían sospechar 
que se trataba de una torre



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