FOTOGRAFÍA: Contraluz en Peñahorada (Tomada en agosto de 2016)
Aunque ya despunta, mi nieto no
sabe aún de gpeses ni de otros instrumentos de la tecnología moderna,
pero su perspicacia infantil le lleva a pensar que las estelas que dejan los
aviones en el cielo son pistas para su regreso, para no perderse en la vuelta.
Me lo dijo este verano, cuando el atardecer agranda los senderos estelares,
antes del brillo de las estrellas y cuando los murciélagos comienzan a removerse
en sus colgaduras. Con esa visión a contraluz, y con otras de semejante lógica, sueño ahora cada noche, antes de la ausencia.
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