FOTOGRAFÍAS: Dintel en Villanueva de los Montes. Laderas de genista en Poza de la Sal (Tomadas en mayo de 2021)
No hace mucho
un asiduo a este blog me preguntaba si había algún pueblo burgalés que yo no
hubiera visitado, y le contesté que seguramente habría varios, tal vez muchos, aunque
en aquel momento no se me ocurriera ninguno. Pasado un tiempecito, sin embargo,
me vino a la memoria uno en el que nunca había estado, Villanueva de los
Montes. Y como me parecía que esta era una asignatura pendiente, aprovechando
la curiosidad de este seguidor decidí que ya era hora de visitar este lugar
cercano a Oña, para más señas escondido en un delicioso valle entre montañas
donde la carretera muere y en el que la despoblación se ha adueñado
inmisericorde. La iglesia, caída; en cada esquina, vacíos y ruinas; apenas dos
casas habitadas, una de ellas casona de gran porte y de apariencia dieciochesca.
Y entre las ruinas, un muro que conserva, suspendido en difícil equilibrio, un
dintel historiado con un tema que hoy me resulta muy familiar, el de los
símbolos protectores en nuestros pueblos, que tanto nos ha venido ocupando en
los últimos tiempos, como bien sabéis queridos amigos de este Cajón de Sastre (La
roseta y la Cruz). Una vez más insisto en que la sorpresa salta en los pueblos
a nada que se arañe en su pasado construido; por mínimos y humildes que sean
siempre habrá en cada uno algo por descubrir y para la admiración. Alguien, en el
retirado lugar de Villanueva de los Montes, decidió al construir su casa que
había que protegerla, ¿y cómo hacerlo?: con el arma de los símbolos. De esta
manera, en el dintel de lo que debió ser la ventana principal de su hogar, ahora
en difícil equilibrio por la ruina que le envuelve, junto al año de construcción
(1810), grabó dos cruces y un tetrasquel, este último el segundo que llevamos
localizado en dinteles de la provincia de Burgos, junto al de Quintanilla de la
Mata, lo cual no es poca cosa.
De la ruta que seguimos para llegar a Villanueva podría contar muchas bellezas
de mayo, pero ninguna como la que en estos días se nos ofrece en las laderas del diapiro de Poza de la Sal, embellecidas por la genista hasta extremos nunca
vistos. Tomad esta fotografía que aquí dejo como un regalo; y os diría más: no perdáis
la ocasión de contemplar este milagro amarillo, mejor en un día que el sol brille.
Llegaste a tiempo Elias de fotografiar esa ventana porque mucho me temo que a esa fachada le queda poco tiempo de estar en pie.
ResponderEliminarAdemás nos enseñas un símbolo protector desconocido al menos para mi como es el tetrasquel.
Nunca he llegado a ver uno en los numerosos dinteles que he tenido oportunidad de contemplar.
Coincido totalmente en la belleza explosiva que ofrece la genista.
Un cordial saludo.
Gracias, Faustino, por el comentario. Sí que me resulta chocante que no te hayas encontrado con algún tetrasquel, tú que tantísimos pueblos y ruinas has visitado.
ResponderEliminarSaludos cordiales
Aparte del dintel de Quintanilla de la Mata, tiene otras cruces gamadas (o tetraskeles como los llama vd) talladas en dinteles de Fontioso o Rabé de los Escuderos.
ResponderEliminarSaludos,
Muchas gracias por su información, tomo buena nota.
ResponderEliminarSaludos