Un llamador en la puerta de la iglesia |
FOTOGRAFÍA: Aldaba (Tomada en noviembre de 2017)
Patear la provincia y sus pueblos, curioseando aquí y allá, lleva a uno a descubrir
cosas insólitas, algunas de las cuales ya hemos guardado en este Cajón de Sastre. Una vez fue el
descubrimiento de una llave inglesa esculpida dentro de un escudo del siglo
XVIII (que no me digáis, queridos amigos, que no tiene
su misterio), otra, un tanque de la Segunda Guerra Mundial en lo más alto de
una loma de un tranquilo pueblo burgalés que nada tuvo que ver con dicha guerra
(Quintanilla Cabe Rojas), otra, un avión posado en un cerro junto a un castillo
medieval (Coruña del Conde), y otra más, dos espantapájaros sentados en sendas
butacas viendo la televisión en medio de un huerto. En fin, la lista de
curiosidades, que en su momento vimos aquí, es ya demasiado larga como para volver sobre ellas
(mejor ver su correspondiente etiqueta). Sirvan solo las expuestas para
presentar una más que en días pasados tuve ocasión de ver en la iglesia de un
pueblecito burgalés de la zona de Villadiego (otra de las Laponias de Burgos). Se trata de un llamador, con forma
de mano, en la vetusta puerta de acceso a la iglesia. ¿Una aldaba en la puerta de la iglesia? Reconozco
que no sé de otro caso semejante. ¿Es que acaso sirve para que, si la
aporreamos, alguien desde dentro puede abrirnos? ¿Quién nos abriría en ese caso?
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