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Arcos que ya desaparecieron |
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El conjunto cuando todavía se encontraba en pie |
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El gran muro de la entrada tenía un escudo ya desaparecido |
FOTOGRAFÍAS: Conjunto de La Lastra (Archivo de la Diputación)
En fecha reciente recibí el correo
de un seguidor de este Cajón de Sastre en el que me adjuntaba tres imágenes de
La Lastra, allá en Linares de Bricia (muchas gracias, Miguel). Los que me
conocéis, personalmente o a través de este blog, sabéis de mi debilidad y de mi dolor por este monumento tristemente
olvidado y degradado. Sus ruinas, las que he ido viendo crecer desde hace casi treinta
años, me retrotraen a la época en que mi entrañable y desaparecido amigo Acacio
Íñiguez, el solitario de Linares de Bricia, fue su guardián. Dichas imágenes, que
pertenecieron al archivo de Photo Club y que ahora se guardan en el Archivo de la
Diputación, ayudan a comprender mejor el todo de este complejo mitad palacio
mitad casa de labranza y ganadera del siglo XVI. De lo que nunca llegué a conocer del
mismo dan cuenta estas imágenes ahora rescatadas. No son de buena calidad, pero
aun con todo en una de ellas podemos ver, en la sombra del muro caído de la
entrada principal, un escudo, el que sin
duda debió pertenecer a los Bujedo, señores de la casona. Mi amigo Acacio
ya me lo advirtió en su día, “debajo de estas piedras hay un escudo”. Y no era
fábula, él lo conoció como se muestra en una de las fotografías. Más definición
tiene otra de las imágenes, en la que se puede ver una serie de arcos de medio
punto sobre robustas columnas en el lado norte del gran patio, enfrentadas con
otra serie que sí llegamos a conocer y que cerraban el recinto (aún hoy quizá
puedan verse algún resto de los mismos entre la maleza). La guinda de esta
fotografía la ponen dos sacerdotes turistas en el patio luciendo su indumentaria
tradicional, posiblemente de los años veinte-treinta. Finalmente, otra imagen muestra
el conjunto palaciego cuando todo se encontraba en pie. Sirvan, pues, estas
tres imágenes como aporte documental para conocer mejor un monumento que por desidia de todos y
la locura de muchos ha quedado tan maltrecho que parece ya imposible de
recuperar.
Al menos quedan las fotografías, el recuerdo de Acacio y su labor como guardián. Al final aunque las ruinas crezcan, aunque el "tiempo" las trate mal, un testimonio como el que aquí dejas podrá evocar el pasado para así intentar no cometer más errores. Un saludo.
ResponderEliminarHaces muy bien en entrecomillar "tiempo", porque los dos sabemos que quienes más daño hacen para la desaparición del patrimonio son los que no le prestan la atención debida.
ResponderEliminarUn saludo
Ver estas fotos sólo hace que me entren más ganas de reconstruir este tipo de tesoros que España está a punto de perder. Muchas gracias Elías por el trabajo de conservación que estás haciendo al proporcionar estas historias de forma digital.
ResponderEliminarGracias, Anónimo, por tu comentario.
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